2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Los nuevos populismos

Dario Ruiz

Por Darío Ruiz Gómez 

Monedero el teórico del Partido “Podemos”, propietario de una empresa personal, y, con un batiburrillo en sus ideas políticas del peronismo de Laclau, Chantal  Mouffe  y algunas distorsionadas frases de Gramsci – porque de ahí no ha pasado- acaba de decir ante la incontenible llegada de pateras provenientes de Argelia – las que vinieron  a sumarse a las de Africa-  que prefiere la llegada de estos miles de inmigrantes que las de millones de turistas internacionales que “contaminan nuestros aires”  pero, aclaro yo, tal como está ocurriendo a causa de la pandemia, sin el dinero de estos turistas la economía española se ha venido al suelo. Ya Pablo Iglesias con su demagogia bolivariana proclamó que España “era un territorio abierto para todos los desplazados del mundo”. ¿Ha resuelto “Podemos” la situación de esos miles de desplazados que se mueren de hambre como esos temporeros que vagan de pueblo en pueblo sin encontrar comida? Colas interminables de gentes hambrientas buscando un almuerzo. Es la nueva estrategia de crear conflictos con el fin de desestabilizar territorios y poblaciones.  ¿Por qué no han colectivizado su mansión de Galapagar Pablo e Irene para ponerla al servicio de estos hambrientos y hambrientas de la pandemia, de los millones de españoles que son hoy desempleados? ¿Recuerdan aquel líder sindical peronista que peroraba sobre la necesidad de volver a la raza indígena y era italiano? ¿La ferocidad contra cualquier símbolo considerado como propio del capitalismo blanco “colonial” a cuántos desmanes ha llevado en Chile? Monedero, defensor de este populismo, fue invitado de honor junto a León Valencia en un reciente Foro convocado por la Alcaldía de Medellín lo cual corresponde por un lado a la necesidad que tiene nuestro populismo  de crear nuevos santones ante el desgaste de la imagen de los “viejos revolucionarios” y por otro a reforzar al petrismo en sus políticas de agitación no ya de “la clase obrera” sino recurriendo  los desarrapados, el lumpen tal como se hizo en la primera versión de la ANAPO, el humanismo de la desobediencia  civil  de Thoureau  caricaturizada en protestas de borrachos y drogados en ciertas Comunas, de maestros sindicalizados que hace diez años no van a clase. Lo digo porque el populismo, caso Venezuela termina finalmente por ser dominado por la delincuencia disfrazada en las “Brigadas revolucionarias”. 

La aristofobia  -a la cual en más de una ocasión me he referido- o sea el odio a quienes se destaquen de la común mediocridad  ha sido una tradición en la historia de España y éste nace de la vulgaridad –que viene de vulgo- tal como Ortega y Gasset la definía en el periodo de preguerra civil: “Por lo menos en la historia europea hasta la fecha, nunca el vulgo había creído tener “ideas” Tenía  creencias, experiencias, proverbios, hábitos mentales, pero no se imaginaba en posesión de opiniones  teóricas sobre lo que las cosas son o deben ser, sobre política o literatura” 

Si el Derecho supone  la victoria sobre la barbarie, la respuesta de la justicia  al  linchamiento  tribal , ésta  ha revivido en el linchamiento mediático y en las Cortes de Justicia donde se establece el dobla rasero y se olvida el Derecho:   el feroz clamor   de la turba  pasa a ser “la voz del pueblo”, el sombrío  militante es el “representante del pueblo” Jueces y Magistrados no tienen ya que responder a la excelencia académica porque  el “vengador del pueblo”: se ha colocado  la toga y empieza su tarea devastadora contra los mejores, el militante –como en Pedevesa-  sustituye al especialista, la supuesta educación gratuita para los pobres  se hace para debilitar la autoridad del académica  que impone y exige como esfuerzo personal el verdadero conocimiento.  

En las grandes conurbaciones urbanas, en una juventud vacía mentalmente, en el mediocre funcionario ya prospera en Colombia este populismo que nada tiene que ver con lo popular y si con un revanchismo diabólico.