17 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Los acuerdos del corazón, buenos para todos

@GobAntioquia @LuisFSuarezV 

Por Luis Fernando Suárez Vélez

Decidimos encabezar el acta de los acuerdos en embera (AMBUA NÊBURUDAI SÔ BIA-DE JØMAÛRÂ ITA), para enfatizar nuestra determinación de reconocer a los pueblos indígenas como sujetos de derechos, con la convicción de que cuando miramos al otro, cuando lo nombramos y reconocemos, lo dignificamos. No como un favor que le hacemos o como un acto de generosidad de parte nuestra, sino como muestra de respeto y de reconocimiento de su otraedad, que sirve de elemento identitario para los otros, pero también para nosotros. 

Hablo, por supuesto, de los acuerdos logrados luego de varias jornadas extensas con los líderes y las autoridades indígenas del departamento que llegaron a Medellín en Minga, con la idea de reclamar lo que les parecía justo para sus comunidades. Y vinieron con la esperanza de ser escuchados porque para ellos la Minga es más que la representación del trabajo comunitario o de movilización política, una expresión de sus principios de vida, de la posibilidad de estar en comunidad, de construir con los otros desde la diversidad. 

Generalmente lo que cuenta es el final: firmamos 58 acuerdos y se regresaron a sus territorios. Pero esta vez, para nosotros, lo más enriquecedor fue el proceso, la posibilidad de escuchar y de ser escuchados. En todas las jornadas hubo desacuerdos, pero nunca faltó el respeto. Hubo posiciones encontradas, pero siempre miradas cercanas, palabras decentes y sueños comunes. Por eso el final fue emotivo, cercano, cargado de simbolismo y muy emocionante. Debo confesar que con sus rezos me sentí querido, bendecido y recargado de energía al mismo tiempo. 

Aunque la agenda de gobierno, sumada a los compromisos que adquirimos para avanzar en el diálogo social por la vida, imponen otro ritmo y no permiten quedarse en los detalles ni permanecer en las celebraciones de los logros alcanzados, quiero aprovechar este espacio para disfrutar esta experiencia que nos deja tantas enseñanzas y que ojalá sirva de ejemplo para superar tantas diferencias en el país, para dimensionar el valor de la palabra y la alegría de reconocer nuestra diversidad para construir a partir de ella.  

Los compromisos, como expresa el acta, fueron “logrados en el marco de la sesión de la Mesa Interinstitucional de Concertación Indígena y como expresión de un acto de Noviolencia, que quiere enviarle un mensaje al país y al mundo, sobre la posibilidad de alcanzar acuerdos por la vía del diálogo”. Una aspiración que lejos de la vanidad, está animada por la convicción de las partes de la utilidad pragmática de la palabra que debe horrarse en todo momento por todas las partes. 

Y de los 58 acuerdos en diversas materias, quiero subrayar el punto 9 del capítulo dedicado al modelo diferencial de educación:  vincular a los pueblos indígenas del departamento al Comité Científico de Emergencia Climática y al Consejo Rector de la Agenda Antioquia 2040. Es decir, la determinación de involucrarlos en dos temas sobre los que gravitan el ejercicio de gobierno y la construcción social. 

Precisamente este fin de semana comenzó el diplomado de emergencia climática para periodistas del país, que impulsamos desde una alianza Universidad – empresa – Estado, con las universidades Eafit, de Antioquia y Nacional de Colombia, Sede Medellín, el Éxito, Isa, Teleantioquia, el Club de la Prensa de Medellín y la Gobernación de Antioquia, para formar a los periodistas y comunicadores en temas de emergencia, cambio climático y regeneración, para que a su vez sean multiplicadores de ese saber entre sus audiencias. Allí, la cosmovisión indígena será fundamental y buscamos hacerla visible.  

Su presencia en el Comité Científico, al lado de los más notables estudiosos del tema en el país, nos permitirá seguirlos viendo y escuchando, seguir aprovechando el saber ancestral pero también conocer su desarrollo intelectual y su saber práctico, siempre desde el respeto y con la esperanza de que nos resulte útil para revertir la acción negativa del hombre sobre el planeta.  

Pero, además, su inclusión en el Consejo Rector de la Agenda Antioquia 2040 les garantizará a ellos que harán parte del sueño colectivo de los antioqueños, y a todos los demás que a nuestras visiones podremos sumar las suyas, que nos permitirán acercarnos para reconocerlos y para vivenciar nuestra diversidad con orgullo y desde el conocimiento. Una hermosa oportunidad para todos que nos llena de entusiasmo en un momento en que necesitamos con urgencia motivos de esperanza. 

Ojalá todos nos llenemos de ilusión y mantengamos el SÔ BIA, el corazón bueno, para compartir con los otros y construir con ellos. Para que UNIDOS podamos seguir la marcha de la Noviolencia y disfrutar el camino.