7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Las mentiras de los revolucionarios

Dario Ruiz

Por Darío Ruiz Gómez

Cuando triunfó la llamada Revolución de Castro estaba yo en España en condición de estudiante y en momentos en que las fuerzas de opinión democrática hacían públicas manifestaciones de desacuerdo con el régimen franquista.

Castro y sus secuaces impusieron ante las juventudes del mundo la imagen del guerrillero fraterno, barbados, descomplicados eso sí con su fusil al hombro, hasta cuando comenzaron a mostrar su verdadero rostro con el bárbaro espectáculo de los paredones donde diariamente se fusilaba a los considerados “enemigos de la revolución” y se desató el terror sobre la población.

Hoy esa “revolución” pide al mundo ayuda para alimentar a sus niños y niñas que se están muriendo de hambre. William Tarek Saad el ultraleninista Fiscal del Gobierno de Maduro ha leído una nueva lista de enemigos de la patria que no son otros que los inmediatos colaboradores de María Corina Machado y los ha hecho detener y seguirá deteniendo a sus seguidores con el fin de impedir que la democracia llegue a Venezuela.

Jorge Rodríguez Presidente de la Asamblea Nacional acaba de proponer “una ley para castigar severamente a quienes sean considerados como enemigos de la patria”. Falsas conspiraciones, falsas imputaciones de terrorismo con pruebas inventadas y la nueva versión madurista de los paredones de Castro.

Detenciones en la noche, desapariciones y secuestros tal como lo relatan quienes han logrado escapar de las cárceles de este régimen cuya inhumanidad sobrecoge. Ernesto Villegas es el Ministro Popular para la Cultura. ¿Cultura sin libertad de pensamiento? Ya se pueden imaginar lo que fue la Feria Popular del libro con bufones(as) del régimen y la ausencia de los grandes intelectuales y escritores(as) viviendo hoy en el exilio. 

Por esto y dadas las íntimas relaciones de Maduro con Petro no dejó de llamarme poderosamente la atención que cuando en la reunión con “el pueblo” en Turbo nuestro ministro de Cultura con su figura de funcionario estalinista anunciara que el gobierno haría un gran aporte económico a la cultura de Urabá y que para ello ya se había comunicado personalmente con el Padre Javier Giraldo para que este fuese el encargado de supervisar esta ayuda.

Giraldo sí el dueño de ese experimento totalitario del volver a la agricultura del pan coger de San José de Apartadó como reserva campesina con leyes propias y un territorio intocable para nuestras Fuerzas Armadas.

Giraldo adscrito a la línea más dura del fundamentalismo del Cinep y solapado defensor del ELN y las FARc parcializado claramente durante el matadero en que esas fuerzas invasoras convirtieron a Urabá. Un extraordinario informe publicado hace unos meses por “El Colombiano” mostró los salvajes enfrentamientos entre el ELN, las FARC, el EPL y la mentira flagrante de “luchar por el pueblo”, cuando lo que se buscó fue escindir a Urabá de Colombia para declararlo como “territorio libre”.

Urabá por encima de esta tragedia ha sabido convertirse en el crisol de una nueva cultura de integración étnica, de fusión de experiencias desde la antioqueña a la caribeña, de la chocoana a la cordobesa con grandes músicos, escritores, atletas y el desarrollo de una economía industrial que con el nuevo puerto se abrirá al mundo.

Giraldo es la imposición de un modelo de colectivismo agrario bajo el cual la pobreza es una forma de sometimiento. ¿Qué tienen que ver Monseñor Darío Monsalve o Javier Giraldo con la cultura en libertad de una región, con la cultura misma? ¿De no ser por los empresarios que hubiera sucedido en la tierra arrasada que dejaron los “revolucionarios”?