26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La pelea clientelista de la vieja clase política en la Coalición Centro Esperanza 

@CoaliEsperanza 

La verdad es que las estructuras de la vieja clase política se pelean por el control de la Coalición Centro Esperanza. 

Esta disputa se hizo real en el enfrentamiento entre sus precandidatos Alejandro Gaviria (foto), Ingrid Betancourt (foto) y Sergio Fajardo (foto). Esta es la crisis más aguda después de su consolidación en el cónclave a finales de noviembre de 2021. 

En esta colectividad de matices clientelistas, que se dice ofrecer una esperanza a los colombianos, y que tiene siete precandidatos presidenciales, aterrizaron dos políticos que provocaron una fuerte rencilla por su perfil de políticos de tradicionales y por ser de la línea de las maquinarias del expresidente César Gaviria, director del Partido Liberal; y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, director del partido Cambio Radical. 

Se dice que acaban de aterrizar, porque allí ya estaba el expresidente Santos con voceros directos como sus exministros Juan Fernando Cristo, el mismo Alejandro Gaviria, Humberto de la Calle como cabeza de lista al Senado y su dilecto Juan Mesa, como asesor de esta coalición. 

Como fichas de César Gaviria y Germán Vargas llegaron Germán Varón de Cambio Radical y Miguel Ángel Pinto del Partido Liberal, a quienes el exministro de Salud recibió en su equipo presidencial, decisión que le costó los cuestionamientos públicos de sus compañeros de coalición, Ingrid Betancourt, Sergio Fajardo y Jorge Enrique Robledo. 

El mayor generador de discordia en el interior de la convergencia fue Varón, ya que además de ser una de las personas con más cercanía a Vargas Lleras, pertenece a un partido que ha apoyado fielmente al presidente Iván Duque, cuya gestión es ampliamente criticada por la Centro Esperanza. 

Estas alianzas parecen tener un fin más electoral que de construcción de acuerdos programáticos, pues el senador de Cambio Radical –cuyo fortín político es Bogotá– podría aportarle a la campaña de Gaviria al menos 64.457 votos, que fueron los que obtuvo en las elecciones de 2018 para lograr su curul en el Congreso. 

Por otra parte, la llegada de Pinto tampoco cayó para nada bien, pues se trata de un alfil del expresidente Gaviria, uno de los principales rivales políticos de Fajardo. Además, incomoda que es allegado a Didier Tavera, exgobernador de Santander, quien maneja la maquinaria política de ese departamento, con cuentas pendientes en la Fiscalía por acusaciones de corrupción con el PAE. 

Tavera es sobrino de Claudia Lucero López, la esposa del senador Pinto, cuyo caudal electoral se cuenta en al menos 84.068 votos, con los que llegó al Senado en 2018. 

Adicional a estas dos alianzas, Alejandro Gaviria alista un apoyo que provocó el malestar de Fajardo al tratarse de una de sus fichas electorales claves en la Alianza Verde: la senadora Angélica Lozano (105.700 votos en 2018).  

Recordemos que así reaccionó Ingrid Betancourt: “Voy a decir una cosa que me duele infinitamente”, dijo Betancourt, como anunciando una tormenta política que más tarde haría tambalear las bases de la coalición. “Alejandro, tú y yo hicimos un acuerdo, que lo firmamos en el Cónclave, de que no íbamos a traer a la coalición a ninguna maquinaria. Tú has aceptado el apoyo de gente que a mí me preocupa muchísimo”, aseguró Betancourt y pidió que se hiciera una reunión para discutir el tema. 

El primero en salir a opinar fue el senador del partido Dignidad, Jorge Robledo, quien sostuvo que estaba de acuerdo con Betancourt. Robledo dijo que la crítica por aceptar a un senador del partido Cambio Radical -Germán Varón- era “acertada” 

“Tiene que haber límites”, sostuvo Robledo y se fue lanza en ristre contra los comentarios que lanzó Gaviria en contra de Betancourt. “Es inaceptable la forma que Gaviria usó frente al justo cuestionamiento de Íngrid”, escribió Robledo. 

Y a raíz de estos vínculos, el precandidato presidencial Sergio Fajardo, quien estaba participando en el debate, también se sumó a la disputa. “Lo que acaba de pasar es algo duro para la coalición”, aseguró, y se sumó a las críticas de Betancourt. “No podemos avanzar en nuestra coalición con el clientelismo que se va a colar dentro de nuestro proyecto político”, concluyó. (Con datos de El Colombiano).