26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Hasta cuándo?

@IvanDuque @ClaudiaLopez @QuinteroCalle

Por Nicodemo

La tiranía de nuestros gobernantes no tiene límites.

Como lobos con piel de ovejas se esconden bajo supuestos amores por la vida y el trabajo para ejercer cualquier cantidad de vejámenes en contra de los ciudadanos, mientras acuchillan a una manada que solo agacha la cabeza y obedece.

Arranquemos por el nombre, “cuarentena”. Este fue el nombre que escogieron para encerrarnos y hacernos perder nuestros empleos y quebrar nuestras empresas en aras de proteger la vida, nada más cínico y mentiroso. La verdad suena mejor para subir en las encuestas y gastar a manos llenas sin oposición ni vigilancia.

Lo de los cuarenta días no es un tema para nada nuevo. Sólo como ejemplo se pueden citar eventos bíblicos como el diluvio universal, los días que tardó Moisés en bajar con las tablas de la ley, el tiempo de purificación de una mujer después del parto o del ayuno de Nuestro Señor Jesucristo.

En lo referente a las enfermedades, la cuarentena ya era practicada desde la antigüedad. En el libro del levítico, por ejemplo, se ordenaba que estos inmundos debían estar afuera de los campamentos. En el libro de Números iban un poco más allá y ordenaban echarlos y el sacerdote que los veía fuera del campamento era el encargado de autorizar el regreso. Mientras tanto se limpiaba absolutamente todo lo relacionado con este infectado, incluso la familia y la casa hasta el punto de demoler la vivienda si la infección no cedía.

Por el siglo V antes de Cristo, Hipócrates y Galeno  aconsejaban ‘Cito, Longe, Tarde’, queriendo decir ‘vete rápido, vete lejos y tarda en regresar’, aplicable a los contagiados. 

La cuarentena se popularizó en Europa con la llegada de la  peste negra a principios de siglo XX  en la que se aislaron a los enfermos para atender su recuperación.

En pleno siglo XXI, ahora que tenemos más y mejor información, en Colombia en la presente pandemia, nuestros gobernantes decidieron aislar el 30% de los enfermos y el 70% de los aliviados. Les he preguntado a varios médicos sobre esta estrategia y al igual que yo, no la entienden.

Tenemos un selecto grupo de mandatarios que hicieron equipo, y como en los coros de las iglesias de los Estados Unidos, parecieran que todos se visten y cantan igual. El director obviamente es el Maestro Iván y los coristas borregos, llamados alcaldes y gobernadores que en una feria de halagos están viviendo un momento que para ellos ojalá fuera eterno. Y que van a tratar de alargarlo el mayor tiempo posible.

En este homogéneo grupo, todos en sus posibilidades, ha ayudado a torturar a sus ciudadanos, el primero y fuera de concurso, Iván, el maestro director tomó la delantera y por poco le gana a la OMS en declarar la emergencia sanitaria y solo diez días después nos encerró cuando apenas habían 128.246 contagiados en el mundo y en Colombia no había casos confirmados, solo dos días después de declarada la emergencia es que fueron reportados los primeros ocho casos.

Empleando términos futboleros, como le gustan al señor Duque, el próximo 26 de mayo se cumple con el tercer tiempo extra y ya anunció que viene el cuarto que va hasta el 30 de junio, para esa fecha tendremos algo así como 45.000 contagiados en Colombia.

Dijo el doctor Duque que la temprana encerrona obedecía a estudios muy serios que le indicaban que había que retrasar a covid. Pues, profe Duque, la lógica jugó en su contra de su excelente táctica y significaron varios autogoles. Estamos peor que hace dos meses, vamos perdiendo el partido por goleada y nada qué hace cambios, solo profundiza los errores y sus aguateros y masajistas lo aplauden a rabiar. Ya está como aquel rey que se paseaba desnudo con un traje que solo los inteligentes podían ver.

Pero si por los lados de Duque llueve, por los de López y Quintero no escampan. De su cosecha personal impidieron la movilización por encima del decreto 531 del 8 de abril de 2020, que pasará a la historia como la llave que se usó para encerrar a un pueblo adormecido y masoquista.

Los gobernantes, que de bobos tienen poco, aprovecharon semejante oportunidad para hacerse notar. Por ejemplo, la alcaldesa de Bogotá regañando al presidente y asumiendo su papel de heroína,  manifestó que sólo sobre el cadáver de ella abrirían el aeropuerto Eldorado, algunos dirán que es una propuesta tentadora; el gobernador de Antioquia ofreciéndose para enseñar al mundo como se atiende una pandemia, el alcalde de Sabaneta trató de que ningún extranjero pudiera visitar esa nación y puso barricadas para impedirlo; Daniel, el travieso, más conocido como pinturita o para otros solo como Daniel Quintero, se tomó la cosa en serio y en principio, como vaticinado lo que era inminente,  confinó la ciudad por una emergencia ambiental, la que fue estruendosamente desmentida por la subsiguiente cuarentena.

Después al mejor estilo de la incursión del ejército de los Estados Unidos en Panamá o en Granada, desde un helicóptero mandó mensajes inaudibles que se volvieron intimidantes  pero, sirvió para mostrarles a todos que estaban siendo vigilados. Después trató de hacer un concierto aéreo, sin embargo, la aeronáutica y sobre todo el pueblo protestó por este despilfarro, claro, que me hubiera gustado presenciar cómo al ruido propio del helicóptero le ponían música en vivo. Sino pudo con un anuncio no me imagino como le iría con un concierto.

Daniel Quintero que se promocionó en campaña como un expetrista humanitario y misericordioso en un acto inconcebible, cerró la plaza minorista afectando sectores vulnerables, provocando desconcierto y rabia entre muchos pequeños comerciantes y afectando a muchas personas que les tocó comprar en otros lugares a precios mucho más elevados.

Después empadronó a los a los súbditos de su reino al mejor estilo de Tiberio a órdenes del César, no Gaviria, su amigo de atrás, de tiempo atrás, sino de César Augusto, el emperador romano, pidiendo hasta la escala salarial y la dirección, como si para tratar al covid fuera necesario conocer cuánta plata se ganan las personas y dónde viven.

Para completar sus proezas tuvo la torpeza de declarar toque de queda en el día de las madres. Serenateros, floristas, restaurantes, pastelerías, rappi todos deshabilitados, arruinando la fiesta de muchas madres.

Twittea el señor alcalde que primero la vida y el empleo, pero entorpece el trabajo y la convivencia y eso afecta la vida. Creo sinceramente que Quintero se complace con el dolor y le gusta hacer sufrir las personas. Tal vez tiene que ver con su infancia.

La policía Nacional también aportó lo suyo y en una inusual efectividad se encargó de amedrentar a la ciudadanía, persiguiendo a cuanto distraído le dieron oportunidad y pasó de cuidar a la ciudadanía a ser una excelente fuente de recursos para los municipios a través de los comparendos.

El Director General de la Policía, en una sincera alocución manifestó que “Muy a nuestro pesar ha sido necesario imponer más 323 mil comparendos por el incumpliendo del Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana…”

Si ponemos a los $936.320 pesos, lo que hizo la policía hizo fue facturar 300.000 millones. Eso no es hacer comparendos, eso es una reforma tributaria exprés.

Nos vulneraron los derechos fundamentales, la libre movilidad, el derecho al trabajo, derecho a la educación, la presunción de inocencia, nos empadronaron, nos prohibieron comprar alimentos, nos hicieron perder el empleo, nos encerraron estando sanos y sin ninguna orden judicial, quebraron las empresas, la policía nos persigue, los porteros de los supermercados nos exigen la cédula y deciden si uno puede o no comprar, los medios masivos nos alarman con la muerte inminente sino hacemos caso y  todo esto a cuenta de una presunta pandemia que iba a acabar con el planeta y que cada día se ve más como una gripa común.

En la homilía del Padre Javier Martín este domingo, pidió por los gobernantes para que no nos sigan mintiendo, y el pueblo les pregunta a ustedes señores gobernantes: ¿hasta cuándo?