7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Hablar de Antioquia es hablar de trabajo, de empuje, de democracia, de berraquera


Por Abelardo de la Espriella

Antioquia es una tierra echada «pa’ lante», llena de maravillas: montañas, costa, desarrollo urbano, civismo y unidad alrededor de un concepto empresarial ordenado. El antioqueño es metódico, apasionado y de empuje. Así ha construido una sociedad que es ejemplo del desarrollo sostenible a través del trabajo, el capital, la empresa y la genialidad del pueblo paisa.

Todas esas características son las que tienen hoy a Antioquia en la mira del ataque del presidente de la República; porque la democracia basada en el libre desarrollo empresarial y del trabajo como un valor esencial de la sociedad son contrarios a lo que el comunismo quiere implantar en Colombia: un pueblo arrodillado, atrasado, mendicante de mendrugos disfrazados de subsidios, que no piense, que no trabaje, que no se esfuerce.

Esa es la razón de fondo del ataque sistemático a Antioquia por parte del Presidente: mientras exista una Antioquia en pie de lucha que destruya la narrativa comunista, seguirá siendo considerada enemiga de los planes dictatoriales del régimen. Ya lo intentaron con alias “basurita Quintero”, punta de lanza del comunismo petrista para intentar destruir a Medellín y a Antioquia, pero el pueblo paisa reaccionó en democracia y lo sacó a sombrerazos, como correspondía.

Por eso, vienen ahora los ataques desde el propio Palacio de Nariño, porque saben que, mientras Antioquia se mantenga en pie, enarbolando el trabajo, la empresa y el capital como herramientas para lograr los fines del bienestar ciudadano y social, su propuesta comunista no tendrá tierra fértil en una Colombia que no cree en falsos mesías y que, por el contrario, se afinca en los valores republicanos para no sucumbir ante el ataque ideológico con que el jefe de Estado nos quiere arrodillar.

Un saludo solidario al pueblo antioqueño: ¡no están solos en su lucha! ¡Colombia los acompaña!