7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Guerra contra España y a favor de Cataluña

Dario Ruiz

Por Darío Ruiz Gómez 

¿Qué vino a refrendar Oriol Junqueras líder del partido secesionista catalán ERC con el Presidente Petro, quien en enero de este año en Barcelona y junto a Ada Colau lanzó la campaña política internacional de nuestro Presidente?  

La visita de Pedro Sánchez presidente de España fue rápida y sin mucho protocolo, lo mismo que la de la Ministra del “Sí es sí” Irene Montero que está dejando en libertad a cientos de violadores.  

Algo se está cociendo políticamente y efectivamente las declaraciones de Petro ante la visita de Junqueras han sido más que explícitas al respecto: “Desde antes de ser nombrado presidente ya había declarado mi apoyo a la independencia de Cataluña”. Recordemos que Petro ha calificado a España de pueblo fascista que “lo vigilaba desde varios helicópteros”. 

Desfachatadas declaraciones que culminan los errores cometidos por nuestra Cancillería en la convocatoria de la OEA en Lima, con el apoyo del entonces presidente Castillo para sacar al embajador de Guaidó y colocar a cambio al embajador de Maduro. Los votos de los países amigos que Petro consideraba seguros le fallaron clamorosamente. La petición a la CIDH de medidas cautelares para proteger a Castillo después de su intento de golpe de Estado fue ridícula pues la Corte felicitó al Congreso, al Ejército y la Policía del Perú por su valiente defensa de la democracia.  

Pero el apoyo refrendado a los sediciosos que buscan recurriendo a todo tipo de sofismas jurídicos obtener la independencia de Cataluña, ya es algo que deja de ser una equivocación de primíparos en el panorama de la diplomacia internacional, para, convertirse en una condenable injerencia en los asuntos internos de una nación como España.  

Lo que no se ha enterado Petro es que la propuesta infame de Pedro Sánchez para lograr los votos independentistas para su Presupuesto consiste en  modificar express la Constitución borrando el concepto de sedición por el cual fueron condenados los líderes independentistas cuando se declararon en guerra con corte de carreteras, con ataques violentos  contra la policía a través de un invento de la CUP llamada “Primera Línea”, modelo de terrorismo exportado a Colombia, imposición violenta a una población hispano parlante del 61% de la lengua catalana. Y la malversación – o sea la corrupción- sólo será penalizada hasta cuatro años. 

Pretendiendo entonces que levantarse violentamente contra un gobierno legítimamente constituido será considerado de ahora en adelante como “confrontaciones callejeras” y se podrá libremente malversar sin castigo alguno, lo cual se constituye en una demostración de suprema inmoralidad cuando Sánchez ha hecho explícito su propósito de “quitar a los jueces sus funciones para devolvérselas a los políticos –corruptos-”. Es como ha dicho García Pagés Presidente de la Junta de Castilla-La Mancha: “Hacer un traje a la medida de los delincuentes” y agrega algo que ilustra bien nuestro deplorable desamparo ante la llamada “Justicia Transicional”: “Es intolerante pactar con los delincuentes sus propias condenas”. 

Este vulgar exabrupto de Golpe de Estado ha sido un intento de desafiar las líneas rojas establecidas por la democracia –tal como lo está haciendo Petro- para seguir adelante con una dictadura disimulada en el camino a la “venezualización” de España.  

La protesta de académicos, juristas, intelectuales, ciudadanos democráticos que enérgicamente se han manifestado contra este atropello a la integridad territorial de España, demuestra que no será fácil el camino escogido por Sánchez.  

¿Qué hará Petro mientras tanto? ¿Enviar batallones de nuestro ejército para ponerlos al servicio de la escoria separatista catalana?  

Una cosa es Cataluña y otra estos sediciosos cuyos intereses privados están por encima de la realidad histórica del pueblo catalán. Aquellos que estamos del lado de la España vertebrada hemos quedado avisados.