
Por Eduardo Aristizábal Peláez (foto)
Ayer sábado 9 de febrero, los periodistas celebramos en todo el país nuestro día clásico, decisión de tipo real y material, más no legal, pues la Ley 918 de Agosto de 2004, en su artículo sexto, habla del 4 de agosto. Por lo anterior, quiero hacer propicia la ocasión para aportar a la celebración de ésta efemérides, repasando parte de la preceptiva de una profesión, pasión y devoción tan importante y trascendental, teniendo como eje al maestro de maestros, el escritor y periodista Polaco Ryszard Kapuscinski creador de la famosa y real frase: ”Las malas personas no pueden ser buenos periodista”
clasesdeperiodismo.com nos recuerda que Kapuscinski es considerado uno de los mejores reporteros internacionales. Debutó con 17 años en la revista polaca “Hoy y mañana“. Sobrevivió a 27 revoluciones, informó 12 veces desde el frente y fue condenado a muerte en cuatro ocasiones. Fue maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), creada y presidida por Gabriel García Márquez. Colaboró en medios como Time, The New York Times, El País, La Jornada y Frankfurter Allgemeine Zeitung. En 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por «su preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje».
Sobre al importancia del reportero Kapuscinski decía:
“Heródoto era un hombre curioso que se hacía muchas preguntas, y por eso viajó por el mundo de su época en busca de respuestas. Siempre creí que los reporteros éramos los buscadores de contextos, de las causas que explican lo que sucede. Quizá por eso los periódicos son ahora más aburridos y están perdiendo ventas en todo el mundo”. (Lea la columna).
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