6 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Sistema Financiero en deuda frente a la emergencia económica social y ecológica

@IvanDuque

Por estos días entre la población en general existe la percepción de que el Presidente Duque ha enfrentado bien la actual crisis hasta el momento.

El Presidente, directamente se ha puesto al frente, para mover la pesada estructura del Estado, con gran liderazgo como director de orquesta para enfrentar la Emergencia Económica, social y Ecológica con motivo del COVID 19.

La proliferación de decretos en el marco de la Emergencia y la importante asignación de recursos económicos, sin duda muestra una gran decisión del Gobierno de actuar desde el estado
para dar herramientas para atender la crisis.

Queda por verificar la eficacia de todas esas medidas, para contrarrestar los efectos negativos del más grande desafío de la historia reciente.

Pero en el otro extremo de la más mala aceptación de su desempeño en esta coyuntura, está el sistema financiero colombiano, que no sale bien librado.

La impresión es que las instituciones financieras solo  están atendiendo la prórroga de la amortización a capital y el pago de intereses hasta por seis meses.

Los recursos frescos no llegan, no hay compromiso con los empresarios desde los pequeños hasta los más grandes, con el riesgo de las más nefastas consecuencias de una economía parada en casi su totalidad.

Si no hay los recursos para aliviar la precaria tesorería de los empleadores, se resentirá la demanda y ahí se estará al borde de la depresión económica, que al final acabaría también con el sistema financiero.

La indiferencia de los banqueros al decir que no tienen apetito de riesgo en este histórico momento, puede ser la lápida de los mismos, pues terminan desencadenando el principio del fin.

Tiene toda la razón el reconocido ex Ministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo Salazar , cuando en una reciente entrevista manifestó a Primera Página: La llamada “falta de apetito” del sistema bancario para asumir alguna porción de riesgo ante esta descomunal crisis que vive el país, no puede servir de excusa para no prestar.

El sector financiero tiene responsabilidades que no puede soslayar. De lo contrario su falta de apetito se convertirá pronto en “anorexia” de sus clientes, y éstos comenzarán a morir de inanición”.

Este no es un momento de indiferencia, cuando es claro que todo está relacionado y precisamente la disponibilidad liquidez es el antibiótico necesario
para mantener viva la esperanza de que si puede haber futuro.