A los pocos uribistas fervorosos que todavÃa defienden el accionar del presidente Duque y no se han convencido que Uribe se equivocó tanto como se equivocó con Santos señalándolo como el mejor, esta semana debió haberles servido para entender que quienes criticamos al gobierno por sus actuaciones  no lo hacemos por otra razón que la magnitud de equivocadas que ellas tienen. Delante los ojos del paÃs, el Congreso terminó por rechazarle la Reforma Judicial que presentaron, la Corte Suprema por devolverle la terna para Fiscal Adhoc que le llevaron y las comisiones económicas, de desbaratarle las ruedas a la carroza de la mal pretendida Ley de Financiamiento, que resultó tal cual lo dijimos, una REFORMA MISERABLE, y han tenido que amputarle todos los chuzos con los cuales pretendÃan desangrar al pueblo colombiano para favorecer al gran capital. Tres sopapos de esa magnitud en una semana serÃan demasiados para no entender lo que está pasando con el gobierno de Duque; no son equivocaciones, son muestras absolutas de ineptitud.
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