7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Cannabis sin misterio 

Claudia Posada

Por Claudia Posada

En uno de esos exhibidores junto a las cajas registradoras de los supermercados, encontré a la venta una Edición Especial de Reader’s Digest (Revista Selecciones, reconocida por la calidad de sus contenidos, desde hace muchos años circulando internacionalmente) que con la colaboración del Proyecto CBD con sede en EE.UU., organización dedicada a difundir investigaciones en el campo del Cannabis, circulando por estos días. Esta publicación trae una amplia información sobre las particularidades del Canabidiol; su edición pertenece a la clasificación “Guía de Bienestar”. Compré la revista, y como salí con ella en la mano (sin bolsa) pero claro está, con la tirilla de pago que presenté al portero, controlador de entradas y salidas, vigilante, asesor de ingreso, encargado de la bienvenida y despedida…en fin; el hombre multipropósito, selló la tirilla e inició con mucha propiedad y entusiasmo un interesante “dialogo” conmigo, más o menos así: 

“Yo también la compré y ya la leí; es que el CBD es un remedio, eso no es para trabar, si viene de la mariguana, pero no es lo mismo; imagínese, ahí lo va a ver (señalando mi revista) hay muchos clientes para el CBD porque sirve para enfermedades hasta graves; Colombia podía exportar mariguana para muchos países y sacarle plata a esos cultivos; qué pesar que nosotros tengamos campesinos aprovechando la tierra que tenemos apta para todo y los persigan por ilegales…” Señor, lo interrumpí, muchas gracias, eh Ave María, usted me dio, en un momentico, una clasecita muy interesante, ya mismo llego a leer la revista, buen día. 

El hombre uniformado y desarmado (armado de simpatía) me descrestó. La revista va mucho más allá del “resumen ejecutivo” que él me hizo, pero en principio se ve muy sensibilizado con respecto a las bondades del CBD y ya no le va a sonar nunca más, las siglas CBD, desconocidas ¡además lee! Hace algunos meses se habló en Colombia del proyecto para aprobar el uso recreativo de la Marihuana en adultos; pero pasó como otro escándalo de esos que son moda, y nada más, porque los tumban otros, mayormente, casos de corrupción. Cuánto se quisiera que más bien, los de otra naturaleza, como todo lo que tiene qué ver con el Cannabis, por ejemplo, fueran temas tratados sin misterio ya que así serían objeto de importantes debates públicos, y de interés general; mejor sería sí de la corrupción, entre otros, como los conflictos de familias con personalidades famosas, se ocuparan responsablemente los entes de control, además de ser tema para divulgarse, sí,  como información de trascendencia nacional, que por su injerencia en la actividad pública y su gravedad, ameritan tratamiento muy serio en los medios de comunicación, lejos de manipulaciones mediáticas,  no desconociendo otros. 

Pues bien, apenas empecé a hojear la revista “Cannabis Todo sobre el CBD” y la verdad sí está sumamente interesante, toca con detalles, y no como simples definiciones, valiosos asuntos en torno a un derivado del cáñamo medicinal (Cannabis Sativa), una planta rica en propiedades terapéuticas, de la familia de la conocida Marihuana, primas hermanas en las que hay porcentajes de CBD y de THC (muy bien explicadas sus diferencias por expertos en centenares de artículos bien documentados). Cuando se discute sobre la legalización de la mariguana, hablar de sus efectos dañinos al usarla sin observar el alto porcentaje del componente alucinógeno (THC) se crea una interesante oportunidad para que, sin falsos moralismos, sean esos los espacios a los que puedan acceder públicos de todas las edades, ante expositores con solvencia científica y moral, sin tendencias que manipulen el conocimiento. No hacerlo, es dejar que el desconocimiento, la ignorancia, las especulaciones y los malos consejos en el entorno confuso que rodea un tema con tantos intereses económicos, se lleven por delante estilos de vida que, de ser saludables, o al menos controladas por el razonamiento consciente, tranquilamente permiten que seamos ciudadanos bien integrados a la sociedad.  

El CBD por su parte, tiene tantos usos positivos, demostrados y aplicados en la farmacéutica mundial, que es insensato desaprovechar nuestras generosas tierras para incrementar, desde el cultivo hasta su comercialización, un negocio lícito lucrativo (como lo plantea el portero aquel) que obviamente requiere voluntades para pensarlo sin sesgos, con enorme juicio, con apoyos científicos y académicos y reglamentación de delicada filigrana. Tal vez por ser llamada la planta “milagrosa”, los milagros de un buen proyecto se hagan sobre las enfermedades físicas, mentales, y también sobre las mentes obtusas.