El pasado jueves en Caucasia el presidente Duque anunció que habían sido abatidos los autores del asesinato de los tres geólogos sacrificados en el corregimiento de Ochalí, en Yarumal, el 20 de septiembre último.
Cada que hay una operación de algún significado por parte de las Fuerzas Militares, abundan los reportes gráficos o visuales del operativo, y hasta muestran a los abatidos envueltos en sábanas cuando son trasladados por la tropa hacia algún sitio.
A cualquier desprevenido observador le quedan algunas dudas alrededor de este operativo, que por su contexto merecía algo más que el escueto anuncio del abatimiento.
Dónde, cuándo, a qué hora, la identidad de los asesinos, la foto de las armas que les encontraron, en fin, muchos detalles que no fueron dados ni presentados por las autoridades, más raro aun tratándose de una operación de la cual estaba pendiente la nación entera. Y en el enfrentamiento, que debió haber sido feroz, ¿no hubo ni un herido entre la fuerza pública? Suspicacias o no, en el caso algo quedó faltando.
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