1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Del error al terror

Por Luis Alfonso García Carmona (foto)

La sensación de impotencia y de dolor que nos deja el horroroso genocidio cometido en pleno corazón de la capital del país por la guerrilla comunista del ELN, no es óbice para profundizar en las causas eficientes del acto terrorista y deducir algunas conclusiones.

¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿Por qué se repiten estos magnicidios? ¿Es que no aprendemos de los 50 años que hemos sufrido el vandalismo de FARC, EPL, ELN, M-19 y otros forajidos como ellos? Preciso es reconocer que la Democracia, entre sus falencias, arrastra la de ser un sistema lento, dubitativo e ineficaz a la hora de defenderse de sus principales amenazas. Así ha ocurrido en nuestra reciente historia: Durante 5 décadas creció la actividad terrorista de las guerrillas, ante la vacilante e irresoluta reacción de los distintos gobiernos.

Unos intentaron la reconciliación por la vía del diálogo; otros abrieron las puertas de las cárceles a los reos de terrorismo mientras pintábamos palomitas en los muros; otros se inventaron la entrega de amplias zonas “de distensión” para que campearan a sus anchas los criminales y fortalecieran su capacidad destructiva.

Llegamos así al 2002, cuando más de 200 alcaldes despachaban desde las principales ciudades, pues tenían temor a hacerlo desde sus respectivas cabeceras; cerca de 200 municipios carecían de vigilancia policiva; la FARC se encontraba ya en las goteras de la capital: a los colombianos se nos había negado hasta la posibilidad de viajar por carretera, so pena de ser secuestrados o asesinados por los bandoleros. (Lea la columna).