1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 92 del enchuspado maestro Gardeazábal: Las puertas del infierno

@eljodario

Colombia abrió ayer 19 de junio las puertas del infierno.

Seducidos como en los pasajes bíblicos por la tentación de la manzana que les mostró el inexperto gobierno de mocosos que soportamos, el país, con la curiosa excepción de Antioquia, se desbocó a beneficiarse de la oferta de rebaja total de IVA para un buen número de electrodomésticos y algunas prendas de vestir.

Según las cuentas hechas en el magazín de TV de las 6 pm en total solo se presentaron 59 aglomeraciones mayúsculas en un país que se encuentra bajo la norma de cuarentena inteligente, y en donde un récord  de 95 personas murieron ayer por la peste que se trató de atajar con el confinamiento de los habitantes de todas las ciudades, y se sigue dizque atajando impidiendo el tráfico de transportes públicos intermunicipales e interdepartamentales y con el cierre de vuelos, aeropuertos y centrales de transporte.

Con la disculpa permanente de que se protegió a los comerciantes al lograr que vendieran 5 billones de pesos y que se quintuplicaran las ventas de cualquier otro día de los de la cuarentena, el país le abrió las puertas al infierno y benefició, de paso una vez más, a los bancos y sus tarjetas crédito y débito. La cerradura fue destrabada por la tentación de rebajar el IVA, pero como olímpicamente lo dicen los turiferarios del régimen de los inexpertos, se sobrepasaron todos los cálculos.

En otras palabras, no se pensaron en todas las variables que una medida de ese tipo podía despertar en una sociedad que lleva 91 días sin derecho a muchas cosas. Y no se pensaron, porque sencillamente no se sabe gobernar. Porque se cree que saliendo todas las tardes a las 6 pm al mando de un magazín de televisión se está gobernando, cuando lo que en verdad se hace es despilfarrar la dignidad presidencial y camuflar con palabras vanas la ineptitud dañina.

Admito que, como víctima, peco de exagerado pidiéndoles a unos mocosos atropelladores de las libertades elementales de los ciudadanos mayores de 70 años que piensen o actúen como seres humanos condescendientes.

Pero es que todavía pienso quizás con imaginación de novelista, que quienes nos gobiernan no dejan de ser iguales a los muchachos mocosos de la infancia que se tiran al charco del rio sin medir nunca ni la profundidad, ni la fuerza de la corriente ni muchos menos las piedras que pueda tener ocultas el agua.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal