3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 82 del enchuspado maestro Gardeazábal: Hidroituango está salado

@eljodario

A Hidroituango le cayó la sal. Primero supimos de parte de los responsables de la hidroeléctrica, que han tenido que licenciar por turnos casi 1.000 empleados ante el crecimiento de la peste dentro de los trabajadores del consorcio que realiza las labores de reconstrucción de las estructuras dañadas hace 2 años en las cavernas de la presa.

Ahora el alcalde de Medellín se pega del accidente que sufrió en cercanías de Barbosa, una buseta que trasportaba diez infectados desde Hidroituango a un hotel de Medellín para ser sometidos a tratamiento, y monta la escandalera.

Según el alcalde Quintero, ni el consorcio constructor ni la ARL SURA le informaron debidamente que estaban trasladando los enfermos desde las obras de la presa hasta el céntrico hotel de la capital paisa, lo que él, quizás con toda razón, toma como un desconocimiento y casi como un sabotaje al manejo que la alcaldía ha hecho exitosamente de la pandemia.

Al mismo tiempo, sin embargo, la Fundación Ríos Vivos hace público que ha estado tratando de comunicarle desde hace 2 semanas, enviándole videos al alcalde sobre la situación de sanidad que se vive en Hidroituango y sobre esos traslados nocturnos que hace la ARL SURA pero que el señor Quintero no les ha parado bolas, y por consiguiente, se adelantan a calificar su actitud con adjetivos bastante incómodos para quien protege tanto su figurita de “alcalde tic” como el burgomaestre paisa.

Independiente de si los unos callaron o hablaron, si los otros hicieron los traslados a la tapada o si al alcalde Quintero se le subieron los humos, no es exageración decir que Hidroituango sigue salado.

Porque la verdad es que, sobre el desarrollo de las obras de reconstrucción, en especial sobre el relleno de la fosa que se formó con el problema de hace dos años en un costado de la sala de máquinas o del túnel de salida, nada se sabe.

Los informes tan juiciosos que daba EPM antes que eligieran a Quintero y la preguntadera que el candidato a alcalde hacía en su momento cesaron cuando fue elegido y todos acomodaron sus cargas.

Está bien que comentaristas como yo hubiésemos preferido callarnos desde mucho antes y no nos refiramos más a esa obra monumental que nadie quiere admitir como fracasada. Pero que ni Quintero, quien es presidente de la Junta de EPM, le cuente a sus gobernados como van asumiendo las grandes pérdidas y hasta dónde han podido reconstruir, es preocupante.

El asunto es que en Medellín y en los cálculos gubernamentales bogotanos siguen registrando a Hidroituango como una esperanza que más temprano que tarde se va a solucionar.

Ahora le cayó la peste del corona virus y vuelve a aparecer en el escenario, más ni aun así nos cuentan la verdad de la verdad.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.