@eljodario
En la medida en que pasan los días se hace más evidente que la determinación del alcalde de Medellín de demandar a los constructores, diseñadores, interventores y aseguradores de Hidroituango ha sido una catastrófica equivocación.
El señor alcalde no pareció haber entendido la magnitud del problema que desde el 2013 dejaron crecer en EPM y con la meta politiquera de tener una junta directiva sumisa a sus visiones vanidosas, en vez de buscarle una salida a la crisis pero sin saber orientar las ganas de delatar a los responsables de lo que había venido pasando en EPM, prefirió hacer la del inculto sin visión y no midió las consecuencias que originaría.
Si el alcalde antes de hacer estallar el futuro de Medellín hubiese revisado juiciosamente que las inversiones de los últimos 7 años convirtieron la bonanza y poderío en un pasivo de 33.7 billones y redujeron su patrimonio a 23.7 billones. Y que las inversiones en Chile, México y Panamá fueron unas señoras equivocaciones pero que aún podrían ser negociadas para recuperar al menos un porcentaje patrimonial. Y si en vez de ir a demandar, enfrenta a la Junta Directiva para dirimir racionalmente las responsabilidades de sus miembros, evidentemente tan culpables y tan representativos de las equivocaciones cometidas, se habrían ido por vergüenza, no de estampida, pero antes podrían haber terminado de negociar con las aseguradoras, urgido a los reconstructores de los daños en Hidroituango a que terminaran las reparaciones que fuesen posibles y hasta hubiesen pensado en hacer caja produciendo la energía que alcanzaran con la obra remendada ,reconociendo el pecado y la verdad a Medellín y al país, eso sí.
Con el paso de las semanas y la imposibilidad que tuvo para formar una junta directiva, queda muy difícil que el alcalde con la que nombró esté dispuesto a dialogar para salir del atolladero donde metió a EPM.
Como tal, el señor Quintero no le van quedando sino dos salidas: o recula o Medellín le exige la renuncia. De no, comenzaría la recolección de firmas para pedir en febrero 2021 la revocatoria del mandato. Y al polarizar, la tradicional unidad paisa también estallaría por su culpa y sería el muerto del año entrante.
Si acepta la reculada a la demanda, recuperaría velozmente el diálogo destortillado y permitiría buscar un arreglo para que sin ocultar a los responsables tanto de Hidroituango como de las compras en los otros países, se recupere la imagen financiera de EPM. Si renuncia, estaría reconociendo su error y permitiendo que Medellín y Colombia salven a EPM.
Entonces el gobernador al aceptarle la renuncia debería encargar a alguien con pantalones que revoque plenamente lo hecho por Quintero de manera inmediata y, antes de hacer nuevas elecciones, le haga de urgencia la cirugía a EPM para alejar la de la bancarrota que se le venir en su inmediato futuro. Aunque los paisas no crean.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal
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