4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 155 Del enchuspado maestro Gardeazábal: Libreto de película para Netflix

La capacidad que poseen los Estados Unidos para saber manejar a sus colonias y enderezarles el camino antes de que se metan en berenjenales de donde ni los marines ni las fuerzas especiales pueden sacarlo, se vivió en Colombia durante el pasado fin de semana.

Lamentablemente solo dentro de 40 años, cuando se levante el secreto de ley a los informes que la embajada gringa envía diariamente a Washington, (o cuando los filtre otro equipo como el de wikileaks) se podrá saber a qué vino de verdad la troika norteamericana el fin de semana pasado, encabezada nada más ni nada menos que por  Robert O´Brien el Asesor de Seguridad de la Casa Blanca, quien reemplazó al tenebroso y muy poderoso señor Bolton y en la que estaban el futuro presidente del BID Claver Carone y el Comandante en Jefe del Comando Sur.

Un día antes de ellos llegar a Bogotá el vicepresidente Mark Pence dijo desde la capital del imperio que el expresidente Alvaro Uribe Vélez debía defenderse en libertad durante el proceso judicial que se le sigue.

En las 72 horas siguientes la cascada de episodios hace pensar desde que estaban ensayando una película de las que ha puesto de moda Netflix o estábamos viviendo una tramoya muy bien urdida al viejo estilo de la diplomacia yanqui con Latinoamérica.

Para todas las emociones hubo un poco: 1. Se anunció desde la Casa de Nariño que Maduro estaba comprando misiles probablemente para atacar a Colombia. 2. A Uribe lo dejaron hablar casi 3 horas por televisión esa noche pese a estar en detención domiciliaria y para ponerle un toque de tensión dramática, sorpresivamente renunció horas después a su curul como senador y de manera inmediata el Senado se la aceptó. 3. Paralelamente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde funciona a la perfección el lobby gringo, y que tiene sede en Washington, le dio la razón a Petro en su demanda porque la Procuraduría de Ordóñez lo había destituido ilegalmente como alcalde.

Solo falta para que el libreto tenga un final que complazca a todos, y sea una película de Netflix, que nos filtren que esa troika conversó privadamente con algún o algunos magistrados de la Corte durante su estancia en Bogotá y entonces entenderemos por qué somos un país que cada vez se acerca más a ser igual a Puerto Rico.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal