25 junio, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: El genocidio del pueblo palestino 

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez 

De joven sentí admiración por el pueblo y el gobierno de Israel. Su defensa del territorio que le habían entregado en 1948, durante los primeros años de consolidación de su patria, fue vendida en occidente como heroicas gestas dignas de admirar. Golda Meir, David Ben Gurión, Menahen Begin, el famoso Moshe Dayan y Eli Cohen, para no citar sino algunos pocos, fueron figuras de leyenda que los jóvenes de la época admirábamos con veneración y respeto.

La historia de un pueblo masacrado por Adolf Hitler, perseguido con sevicia y furor para exterminarlo de la faz de la tierra y luego la defensa de su territorio con sucesivas guerras libradas con los países árabes, abrumadoramente mayoritarios en tropas y en tierras, fueron la carta de presentación para la admiración hacia Israel. 

Obvio que entregarle al pueblo judío un territorio que por miles de años había ocupado el pueblo palestino, generó un dolor inmenso en estos últimos, pues vieron perder la tierra de sus mayores. Ese desarraigo, real para los que tuvieron que emigrar, pero teórico para los que quedaron, pero ya sin patria, fue inmensamente perturbador para los palestinos. Ese es el origen del conflicto entre estos dos pueblos. El mundo pudo haber sido más comprensivo y lógico en el tratamiento de este problema y los dos pueblos enfrentados bien pudieron acomodar sus intereses y dividir el territorio. Ninguno aceptó y las potencias mundiales fueron incapaces de imponer una solución salomónica. De origen palestino existe un grupo terrorista llamado Hamás, que es una organización política y paramilitar que se declara nacionalista e islamista y que en los últimos años ha pretendido liderar la resistencia palestina contra Israel. En su fundación, 1987, este grupo tuvo el apoyo de Israel para socavar a la autoridad palestina, pero con el tiempo Hamás la ha emprendido contra el Estado judío.   

El 7 de octubre del año anterior, el grupo Hamás desencadenó un brutal ataque contra los judíos, donde asesinó a unos mil cuatrocientos y secuestró a cerca de doscientos israelitas. Este hecho llevó al gobierno de Israel a desatar la más cruel, irracional e inhumana campaña de exterminio del pueblo palestino. No han tenido miramientos de ninguna naturaleza. Han caído mujeres, niños, personas que no tienen nada que ver en el conflicto. Israel ha bombardeado universidades, escuelas, hospitales, zonas residenciales y lugares de oración, ha sido impía su reacción. Pareciera querer borrar de la tierra toda existencia de origen palestino. No fue Hamás su enemigo, fueron todos los palestinos.

Bernie Sanders, dirigente norteamericano de origen demócrata, pero demasiado independiente y progresista, afirmó sobre este tema: “No, Señor Netanyahu, no es antisemita o pro-Hamas señalar que en seis meses su gobierno extremista ha matado a 34.000 palestinos (hoy son más) e hirió a más de 78.000, 70 % de los cuales son mujeres y niños. No utilice el antisemitismo para desviar la atención de sus actos”. 

Extraña ver al mundo impasible frente a semejante genocidio. Indigna observar a lo que se designa como civilización occidental muda frente a la muerte cruel de niños y mujeres inocentes. Pareciéramos estar en épocas bárbaras, salvajes, de principios de la humanidad. Tanta brutalidad en un pueblo como el judío, que fue víctima de una persecución semejante, no tiene explicación ni justificación alguna.  

Indigna tanta irracionalidad.  

NOTÍCULA. La muerte de personas admiradas nos vuelve nostálgicos y apesadumbrados. Jorge Octavio Ramírez Ramírez fue un gran señor y un gran jurista. Don Gonzalo Cañaveral Ramírez, admirado amigo y jefe de Montebello, padre de Lourdes y Albeiro, personas cercanas, es otra triste noticia que recibimos esta semana. Paz en la tumba de estos queridos amigos y resignación a los suyos.