2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

BB, ladrón honrado; BB, casamentero

 

Al doctor Belisario Betancur, salud.

Por Oscar Domínguez G. (foto)

Le escribo en mi condición de bípedo que de pronto le roba tiempo y tinto a su viejo amigo el abuelo Otto Morales Benítez en su refugio laboral de la torre Colpatria, adonde suele llegar temprano a sudar plusvalía con vigor de seminarista célibe.

No le escribo en mi condición de reportero que cubrió su triunfadora campaña política después de que coleccionara todo un popurrí de derrotas.

Por cierto, su jefe de prensa, era el Loco Alberto Gildardo, quien después se juntaría con malas compañías, ve.

Al grano: le escribo desde mi óptica de aguatero y miembro suplente de la Junta Directiva de la recientemente remozada Corpo Arenas, entidad que se dedica a perpetuar el legado de otro viejo camarada suyo: el maestro Rodrigo Arenas Betancourt.

Nos aprieta clavijas la presidenta de la Corporación, María Elena Quintero, viuda del escultor de Fredonia, su compañero de audacias en el anillo etílico-erótico del Guayaquil de los años cuarenta, donde pagaban servicios horizontales con versos de dudosa factura.

Poniendo a funcionar el retrovisor, en el discurso que leyó su amagaseña educación con motivo de los primeros 90 años del doctor Otto, descubro tardíamente detalles nuevos de su complicidad con el maestro Arenas. (Lea la columna).