11 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Algo está podrido

En Colombia en los últimos 10 años van siete casos de interceptaciones y sus comunes denominadores no pueden más que plantear que existe un paraestado

Por Diana Calderón (foto).

El País de Madrid.

El gran hermano te vigila. Tiene control sobre todos, ese sistema totalitario desde el cual hay alguien observando y que describió magistralmente George Orwell en 1984 vuelve una y otra vez a nuestra cotidianeidad tras el descubrimiento, cada año, de una nueva red de chuzadas, de interceptaciones sobre las cuales se teje inicialmente el anuncio grandilocuente hasta que va siendo enterrado en medio de la acostumbrada manera de aceptar que lo que un día nos llena de estupor, a los pocos, se normaliza, para daño eterno de las instituciones sobre las cuales se construyen los valores de las sociedades y los relatos de la historia.

En Colombia en los últimos 10 años van siete y sus comunes denominadores no pueden más que plantear que existe un paraestado, sin contar con las que estuvieron detrás de la información que permitió asesinar en los años ochenta a tantos inocentes defensores de derechos humanos.

Estas redes de interceptaciones han sido creadas por quienes siempre han ocupado u ocupan las más altas dignidades. Por eso, les es tan fácil determinar qué es cierto y qué es falso y con su discernimiento impartir justicia para dejar impune específicamente lo que le conviene al sistema sobre el cual se ha fundado la manía de escuchar al otro para vengar viejas rencillas, hundir al opositor, vulnerar la intimidad y hasta acabar con la reputación personal y empresarial. (Lea la columna).