La credibilidad de las amenazas ‘trumpistas’, mermada por las dudas, las contraórdenes y la aversión a las intervenciones en el exterior
Por Lluís Bassets
Donald Trump siempre se supera a sí mismo. Calado con la gorra de comandante en jefe, ha tirado el resto de credibilidad que le quedaba en una materia tan peligrosa como la capacidad de intimidación militar.
Ya sabíamos que la fuerza destructiva colosal de Estados Unidos se hallaba en manos de alguien atrabiliario y errático, guiado por sus corazonadas y su temperamento. Pero desde esta pasada semana ya conocemos el escenario más temible, el de las vacilaciones trumpistasante el botón de la guerra. (Lea el análisis).
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