14 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¡Bienvenidos al mar!

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@GobAntioquia @anibalgaviria 

Por Juan Fernando Guerra Uribe 

En las entrañas de Antioquia, un épico acto de ingeniería ha transformado la realidad de toda una región. La terminación del Túnel Guillermo Gaviria Echeverri no es solo un logro técnico. Es un símbolo ardiente de perseverancia y unidad que ha iluminado el camino hacia un futuro más brillante para el Departamento de Antioquia y para toda Colombia. 

Este túnel, que se extiende por más de 9.730 metros de roca sólida, es mucho más que un corredor subterráneo. Es un vínculo invaluable entre las montañas majestuosas de Antioquia y las aguas cálidas del mar. Con su terminación, los municipios aledaños han visto surgir una nueva era de prosperidad económica.

Los comercios florecen, los empleos se multiplican y las oportunidades brillan. 

Detrás de cada piedra tallada y cada metro excavado, hay héroes anónimos que han dedicado su sudor y determinación para hacer realidad este sueño monumental. Son los artífices de esta conexión, los valientes que han desafiado la oscuridad y la adversidad para unir Antioquia con el mundo. Sus esfuerzos incansables han trascendido el trabajo físico, han construido puentes entre comunidades, han tejido lazos de solidaridad y han mostrado al mundo el espíritu indomable de Colombia. 

La conexión de Antioquia con el mar atravesando la cordillera occidental es un símbolo poderoso de apertura y crecimiento. Con 18 túneles, 30 puentes y 16.91 kilómetros de vías a cielo abierto, Antioquia no solo mira hacia el horizonte montañoso, sino también hacia los vastos océanos del mundo. Esta conexión marítima no solo facilita el comercio, sino que también abre puertas hacia nuevas culturas, ideas y posibilidades infinitas. 

El Túnel Guillermo Gaviria Echeverri nos recuerda que las barreras, por más imponentes que sean, pueden ser superadas cuando nos unimos como sociedad. Es un testimonio de que cuando combinamos nuestra sabiduría, habilidades y coraje, podemos lograr hazañas que transforman no solo la topografía física, sino también el tejido mismo de nuestras vidas.

Esta victoria no solo pertenece a los ingenieros y trabajadores, sino a cada corazón que ha latido con esperanza y cada mano que ha contribuido a cincelar este monumento a la tenacidad humana. Que esta proeza nos inspire a seguir construyendo, a seguir soñando y a seguir creyendo en el poder de la colaboración para superar cualquier obstáculo y conectar nuestros mundos de maneras que antes solo podíamos imaginar. 

Para finalizar y no siendo menos importante, quiero resaltar el papel crucial que desempeñó el Instituto para el desarrollo de Antioquia IDEA, al administrar con maestría los recursos del tramo 1 del túnel. Cada peso fue cuidadosamente considerado y utilizado, cada inversión se hizo con precisión quirúrgica.

Este enfoque meticuloso hacia la gestión de fondos públicos no solo fue una muestra de transparencia, sino también la razón por la cual esta maravilla de ingeniería se convirtió en una realidad. 

Cuidar los recursos públicos no es solo una cuestión de responsabilidad, sino también la clave que abre las puertas de la posibilidad. Gracias a la eficiente administración del IDEA, las obras avanzaron sin contratiempos y se completaron en los tiempos establecidos. Cada ladrillo, cada centímetro cúbico de tierra movida, fue un testimonio de la eficacia cuando los recursos se manejan con diligencia y cuidado. 

¡Antiqueños, bienvenidos al mar!