30 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Huir de Venezuela a Colombia con pies de plata

El frío de las montañas del Páramo de Berlín pilla desprevenidos a los centenares de migrantes que cada día atraviesan andando el noreste de Colombia. Entre ellos hay muchos niños

Por Tiziana Trotta

El País de Madrid.

Jairo está sucio, cubierto de polvo. Asoma la cabeza desde debajo de una manta para escudriñar las montañas que le rodean con el único ojo que le queda. Yineska Vicuña no lo suelta. Se abraza a Jairo, un oso de peluche casi más grande que ella, con las manos peladas por el frío escondidas en guantes de jardinería. Las bajas temperaturas convierten al Páramo de Berlín en uno de los tramos más duros del recorrido por Colombia para centenares de venezolanos que, como Vicuña, han huido de la crisis política, económica y social que azota al país. (foto en el texto).

“Mi familia no tenía dinero para pagar mi uniforme escolar, así que empecé a trabajar limpiando una casa. Lo acepté solo porque me daban de comer”, explica esta chica de 18 años. Salió andando de Maracaibo hace cuatro días y Jairo es una de las pocas pertenencias que lleva encima rumbo a Perú.

Camina con unos zapatos abiertos y los pies envueltos en papel de aluminio. El frío del Páramo de Berlín, una cadena montañosa de 3.500 metros de altura del Norte de Santander —en el noreste del país—, suele pillar desprevenidos a los caminantes, que han rebautizado este punto como la nevera. Por la noche el termómetro puede bajar hasta cinco grados bajo cero. La noticia no confirmada de varios casos de muerte por hipotermia circula entre los migrantes, pero no existen datos oficiales al respeto. (Lea el informe).