30 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Largo y ancho: Coimas, sin techo

 

Por Rubén Darío Barrientos G. (foto)

rdbarrientos@une.net.co

Colombia ocupa el indigno puesto 101, entre 180 países, en el ranquin de corrupción mundial. La nación menos corrupta es Dinamarca y la más corrupta es Somalia. La revista Semana, en una edición de hace algunos meses, publicó que “existe una histeria por la corrupción”. No voy a hablar en este artículo de grandes ligas, como: Saludcoop, Reficar, Caprecom o Cafesalud. Me voy a referir a cinco casos de corrupción, todos con cifras astronómicas e impensables, que producen náuseas. Las coimas y sobornos, que en su momento no tenían tantos ceros, hoy ostentan cifras tan grotescas que parecen de ciencia ficción. Ya no es una urdimbre de “chichipatos”, podría decir alguien en la sala de una casa.

Comenzaré, con lo más reciente: el caso Carlos Julián Bermeo, en donde se habla de haber negociado por USD$2 millones el freno de la extradición de Santrich, de acuerdo con los audios presentados por la Fiscalía dentro de la audiencia de imputación de cargos al fiscal de la Jep. Uno de ellos tiene este contenido impúdico: “¿Qué plata es esa? Aquí hay US$ 500.000, es lo único que te puedo mostrar ahorita; tengo USD$ 1.5 millones más en la camioneta, tenía USD$ 2 millones. La cuenta es la siguiente: no te puedo dejar ir con la plata hasta que yo vea ese trabajo. La plata y el trabajo, esa es la única condición”. ¡Sí, USD$ 2 millones! (Lea la columna).