Saltar al contenido
Haga Click
Por Luis Carlos Correa Restrepo
DÉCIMAS DEL AGUARDIENTE
Por: Diego Calle Restrepo.
Mi querido Luis:
Hace seis meses cumplidos
estoy aquà en Estados Unidos y suspiro por un anÃs…
porque en este gran paÃs por espantosa ironÃa
cualquier cosa se hallarÃa que la fantasÃa invente
pero un trago de aguardiente nunca se conseguirÃa.
Que dolor, que desencanto, me tiene el alma presa
unos Andes de tristeza y un Magdalena de llanto.
fuera menor mi quebranto y mi mal menos doliente
si tuviera el aliciente que es propio de los varones:
un farallón de limones y un Atrato de aguardiente.
No hallo en la existencia halago ni fuerza para luchar
cuando puedo gozar la satisfacción de un trago, para
hablar me siento gago, para ver me falta un ojo, para
andar me siento cojo y hasta pienso en mi aflicción
que si no estoy copetón no debo llamarme rojo.
Yo nunca abrigo en mi mente mÃsticas aspiraciones o
infelices ilusiones de las que abriga el creyente.
Más te digo francamente, sacar anÃs de una roca que
en esta ocasión quisiera ser Moisés, que pudiera
cuando mi vara la toca y beber el que quisiera.
AnÃs, precioso tesoro que no se produce en mina,
pero que en cualquier cantina lo dan nada más
por oro, tan claro, tan incoloro, y tan fiel a su pureza,
que no hay humana destreza que falsificarlo pueda,
pues pierde color y queda al descubierto la empresa.
¿qué es un paÃs sin anÃs?
¿qué soy yo sin aguardiente?
Soy una nación sin gente.
soy un árbol sin raÃz.
soy un Nevado del RuÃz.
Lóbrego, desierto y frÃo.
Una embarcación sin rÃo, sin mar,
y sin quieto lago.
Un Antioqueño sin trago es un cántaro vacÃo.
Es pues de necesidad no teniendo más a quién,
como tu sabes muy bien, pedirte la caridad de
que a mayor brevedad atiendas este pedido y
me envÃes de corrido una media de aguardiente.
Por lo que eternamente te quedaré agradecido.
Si logras satisfacer este afán que está conmigo
probarás que eres amigo, como lo dijiste ayer…
te portas como un señor que tienes por honor
refrescar nuestra amistad en la blanca claridad
de una copa de licor.
Parece poco decente escribirte tantas décimas
que yo bien sé que son pésimas no más pidiendo
aguardiente. Más sé que serás clemente y
excusarás mi torpeza, ya que por naturaleza y obra
el destino aciago, eres inclinado al trago, y lo
bebes sin pereza.
Pongo aquà punto final y silencio a mi laúd desean-
dote salud y éxito comercial.
Te doy mi abrazo cordial, te agradezco este favor,
te deseo lo mejor y en nombre del aguardiente
me suscribo atentamente tu seguro servidor…
con cariño Diego Calle Restrepo.
Relacionado
Más historias
Asà anunció el alcalde Fico su carta a la DEA y al FBI sobre el tarimazo de Petro
Humor y polÃtica
AlcaldÃa entregó 200 gafas y acercó oferta en salud a dos comunas