4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Y si nos relajamos se pueden disparar los contagios

Claudia Posada

Por Claudia Posada 

Sin duda alguna, nosotros mismos, los humanos, hemos enfermado el planeta y por lo mismo, hemos alterado la integridad de los ecosistemas. Pero lo peor, según WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) existe una relación directa entre la destrucción de la naturaleza, el cambio climático y el aumento del riesgo de pandemias. Así las cosas, las pandemias seguirán latentes, y dominando el mundo, mientras los virus asechen intensificados justamente por nuestras prácticas contra la salud de la Tierra. 

La comunidad científica está de acuerdo en que el daño al equilibrio de los sistemas naturales, aumenta notablemente el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas transmisibles al ser humano. Estamos destruyendo los hábitats, se intensifica la ganadería, hay creciente desequilibrando en la biodiversidad, continuamos sin controlar al máximo el tráfico de especies, y siguen en aumento los efectos del cambio climático. Definitivamente, para el WWF la solución a tan grave situación mundial, depende de cómo se va a frenar la extinción, cómo reducir nuestra huella ecológica, intensificar la lucha contra el cambio climático y asumir que nuestra salud depende también de la salud del planeta. 

 Esto expresan desde el WWF sobre las enfermedades vinculadas a la destrucción del planeta: “En el actual contexto de crisis sanitaria global provocada por el coronavirus, la prioridad es detener la expansión del virus y luchar con todos los medios posibles para salvar vidas humanas (…).  Las zoonosis son enfermedades originadas por patógenos que proceden de especies animales. El 70% de las enfermedades humanas tienen origen zoonótico. Es decir, son producidas por microorganismos patógenos que se transmiten al hombre a través de una especie animal”.  

Observemos esta precisión que deberíamos mantener presente, y transmitir en el entorno familiar, laboral y social que nos sea posible: “Virus y bacterias conviven con nosotros desde siempre. En hábitats bien conservados, con gran diversidad de especies que se relacionan en equilibrio, los virus se distribuyen entre las distintas especies y no afectan al ser humano. Pero cuando la naturaleza se altera o destruye, se debilitan los ecosistemas naturales y se facilita la propagación de patógenos, aumentando el riesgo de contacto y transmisión al hombre, con los consiguientes efectos negativos sobre nuestra salud”. 

Mientras entramos en razón y procuramos que nuestras acciones no estén día a día empeorando los efectos cambio climático, mínimamente atendamos las recomendaciones con relación al control de la pandemia actual por Covid -19, asumiendo en todo caso que las medidas implantadas y vacunarse, son aspectos del manejo para su control, aunque no significa que es lo único. En los países de Suramérica, de acuerdo con análisis y cifras divulgadas por la BBC News Mundo, han bajado notoriamente los casos de coronavirus en la región. 

Recordemos, para junio del año pasado, mientras el resto del mundo experimentaba bajos números de infecciones, América del Sur estaba convertida en el epicentro de la pandemia. Siete de las 10 naciones del mundo con más muertes diarias per cápita estaban en nuestra región: la tasa de Brasil era siete veces la de India, mientras que Colombia y Argentina sumaban una cifra que equivalía a tres veces la registrada en todo el continente africano. Con apenas 5% de la población mundial, Sudamérica registraba una tasa de muertes per cápita que era equivalente a ocho veces la cifra mundial. 

El mismo medio informaba el martes 14 de septiembre: “Así, mientras para este lunes el promedio semanal de casos confirmados por cada 100.000 habitantes era de 52 en Reino Unido y de 43 en Estados Unidos, Brasil solamente llegaba a 8, Argentina a 6 y Colombia a 3, de acuerdo con cifras de Our World in Data. 

Países como Uruguay, que a inicios de junio llegó a tener 100 casos por cada 100.000 habitantes, ahora solamente tienen 4; mientras que Paraguay que registró hasta 40 casos ahora no llega ni a 1 por cada 100.000 habitantes”. 

Tan significativa disminución de contagios lleva a preguntarnos cómo se explica a la luz de estudios científicos. «Lo primero que diría es que creo que no lo tenemos del todo claro», responde Andrés Vecino, investigador en sistemas de salud del Departamento de Salud Internacional de la Escuela de Salud Pública John Hopkins (Estados Unidos)”. Y no podemos relajarnos porque el mismo Andrés Vecino recuerda que no es la primera vez que descienden los casos como si estuviera cerca el fin de esta pesadilla, y aclara que luego se produce otra ola de contagios demostrándonos que no hay tal dicha. “Quiero recordar lo que pasó en India, donde había un conteo de casos relativamente bajo para su población y después vimos el gran incremento de casos con la variante delta», les dijo el experto a BBC Mundo. 

Nosotros debemos, por nuestra parte, creer lo que  algunos especialistas en programas de inmunización afirman; ellos han expresado que en los países suramericanos se ha acelerado el ritmo de inoculaciones, lo que puede estar contribuyendo en frenar un poco los contagios. Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), confirma por su parte que hubo una disminución de los casos y las muertes en casi todos los países de Sudamérica, con excepción de Venezuela. 

Ugarte explica que la OPS está trabajando con los ministerios de Salud y con los expertos de la región para estudiar estas tendencias, así como las razones por las cuales se ha mantenido este descenso, y apunta al endurecimiento de las medidas de control luego del incremento significativo de los casos en la región entre finales de 2020 y los primeros meses de 2021. 

Entre tanto, Andrés Vecino advierte que «Los individuos se relacionan en grupos, entonces es posible que haya grupos de personas que todavía, por ejemplo, no se hayan infectado ni hayan sido vacunadas y esos grupos de personas pueden tener brotes si llega, por ejemplo, una variante altamente transmisible como la mu, como la delta o como la gama -las 3 que ya están en Latinoamérica-, por lo que pueden obviamente causar un incremento en casos y muertes», explicó”. Tengamos presente que los científicos conocedores de estos fenómenos también se refieren a que lo peor para los países de América del Sur es que ahora, con menos casos, nos relajemos, dándole oportunidad al virus para transmitirse persona a persona.  

Por estos días en Colombia se ha podido aclarar que dos, de cada tres contagiados, están entre las edades de 20 a 39 años sin vacunarse. ¡Qué indisciplina y poco amor por sí mismos! También se han presentado algunas muertes en adultos mayores y adultos jóvenes que no estaban vacunados porque ellos mismos no lo quisieron, dicen sus familiares.