1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Viva y goce la música para que su vida no sea un error 

Por Enrique E. Batista J., Ph. D. 

https://paideianueva.blogspot.com/

El voquible «música» procede del griego y también del latín con el significado de «el arte de las musas». En la mitología griega existieron al menos nueve musas, hijas Zeus, el mayor de los dioses del Olimpo, concebidas tras una seguidilla de nueve noches continuas de amor carnal con Mnemósine (diosa de la memoria; de ahí «mnemotecnia», técnicas de memorización y recuerdos). A su vez, cada una de las nueve musas vivió y gozó amoríos con el dios Apolo, quien, muy rendidor en su pulsión y de corazón gigante, era el dios de todas las artes, del sol y la luz, de la belleza, de la poesía y de la música. Las musas, de su parte, orientaban las artes e inspiraban a poetas, literatos y cantores; por eso es común escuchar el deseo de alguien para que lo acompañe su musa y le encienda la inspiración creativa. La clase y contenido de la inspiración particular la proveía alguna de ellas según su especialidad. Las hubo para el arte lírico, la tragedia, la comedia, la danza, la poesía, la retórica, la astronomía y la historia. Es decir, para todas las artes, manifestaciones sublimes del espíritu humano, vigentes en esos remotos tiempos. (https://rb.gy/coveid).  

Existió otra musa con el nombre de un Euterpe (Eu = bien; terpe = agradar), que significa «la agradable y placentera». Ella fue considerada como la musa de la música (así, musa y música van a la par desde sus remotos orígenes) inspiradora de los cantos, ritmos y melodías que creamos, oímos, cantamos, gozamos y bailamos. A Euterpe usualmente se le ve representada en obras artísticas con una flauta. Ella es la que inspira la creación de bellas, agradables y placenteras, tal como significa su nombre, de nuevos cantos, de ritmos y melodías para instigar el goce material y espiritual de una expresión humana vital como lo es la música. 

La creación y expresión musical es propia de los seres humanos desde siempre. Ella ha estado presente como un recurso especial de comunicación, de expresión de sentimientos, relatos de hechos, recordación de otros, construcción y narración de historias, mitos y leyendas. También es un vehículo para el éxtasis religioso y la comunicación con Dios, para promover el patriotismo, amor al terruño, la valía de la   amistad, de la mujer y de la familia, la defensa del medio ambiente y hasta para acompañar a soldados en las cruentas batallas.  

Aún en momentos de intenso y profundo silencio, ahí adentro en el corazón de cada uno, reverbera la música reconfortante, animadora y colmadora de la vital esperanza en momentos de angustia, reflexión o de meditación. No hay oídos sordos para la buena música, porque el espíritu humano tiene los ojos abiertos y el corazón despierto para escuchar los hondos mensajes que la inspiración humana crea por medio de la poesía convertida en versos y estrofas en áureos pentagramas llenos de las refrescantes y agradables   notas musicales, las que Euterpe no nos permite ignorar u olvidar. 

El ser humano está llenó de emociones; la música le pone ritmo y melodía a las más sublimes de ellas para nuestro gozo y también para superar momentos de confusión, pena o dolor.  Sentir es humano y la música les pone melodía a todos nuestros mejores sentimientos, nos sitúa en santa armonía con los demás seres humanos mediante versos o compases que manifiestan sentimientos que no podrían expresarse de otra manera más precisa y reconfortante. 

Es frecuente la queja sobre la vulgaridad y el lenguaje impropio de muchas canciones, en especial de algunos ritmos más actuales. Sin embargo, en esos mismos ritmos, y en muchos otros de ahora y antes, encontramos sublimes expresiones con distintos niveles de elaboración, ricas y bellas figuras literarias, versificación simple o muy elaborada, rimas consonantes y asonantes, o sin rima, sanas y bellas expresiones del alma humana que forman las bases sobre la que se asienta la buena poesía y la buena música para compartir, disfrutar y gozar entre amigos y familiares en  reconfortantes encuentros  y en aquellos momentos de reflexión, descanso, meditación o retiro solitario. 

La música y su reconocida importancia para la vida humana ha estado presente en los pensadores a lo largo de la historia. Veamos ejemplos: «Sin música, la vida sería un error» (Friedrich Nietzsche); «La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio» (Víctor Hugo); «La música es una mayor revelación que toda la sabiduría y la filosofía» (Ludwig van Beethoven); «Donde las palabras fallan, la música habla» (Hans Christian Andersen); «La música en el alma puede ser escuchada por el universo» (Lao Tzu); «La única verdad es la música» (Jack Kerouac); «La música es el lenguaje universal de la humanidad» (Henry Hadsworth Longfellow»; «Todo en el universo tiene ritmo, todo baila» (Maya Angelou); «La música produce un tipo de placer sin el que la naturaleza humana no puede vivir» (Confucio); «La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu» (Miguel de Cervantes Saavedra); «En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad» (Arthur Schopenhauer); «El rock es una piscina, el jazz es todo un océano» (Carlos Santana); «En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco» (Piotr Ilich Tchaikovski); «El amor es amistad tocada como pieza musical» (Joseph Campbell); «La música es el poder de los profetas y un regalo de Dios» (Martín Lutero); «La mejor música está hecha de amor, no de dinero» (Greg Lake); «La música destruye la tristeza que uno lleva por dentro y da como resultado vivir una nueva vida» (Ceferina Bánquez). (https://rb.gy/zunjjp). 

Desde la segunda mitad del siglo XX muchas de las revoluciones culturales tuvieron su origen en rupturas de creencias y prácticas sociales lideradas por jóvenes que encontraron en nuevos ritmos musicales un modo de expresar su identidad, produciendo un impacto masivo en todas las culturas alrededor del mundo. No se había dado antes que un ritmo musical, por ejemplo, el rock and roll, tuviese un efecto revolucionario, de impacto mundial, constructor en los jóvenes de visiones diferentes del mundo, la cultura, la sociedad, la moda y el amor, con asombro de los mayores en todas partes. En muchos países, en especial aquellos con regímenes autoritarios, el motor de cambio ha sido el acceso a la música pop y al blue jean.  Liderados por la música han surgido y surgen comportamientos disruptivos, nuevos sistemas de creencias y la consolidación de nuevas formas de identidad juvenil con impacto global. 

Aun el modo de adquirir, grabar o circular los productos musicales fue alterado por siempre con el advenimiento de las redes digitales, avances extraordinarios que no sólo caracterizan nuestra época, sino que fueron aprovechados por los jóvenes en su posibilidad de circular masivamente, libre de pago, grabaciones musicales; se acabaron las tiendas de discos y se creó un modo de adquisición de música en línea. Así mismo, liberó a los creadores musicales de ataduras a las casas disqueras, ya que con hardware y software propios cada uno puede crear su propia producción. 

Con la música se logran experiencias educativas en las que se emplea, con innovador y lúcido rigor didáctico, una variedad de manifestaciones de ella para aumentar la motivación y la autoestima. Las expresiones didácticas centradas en la música y su significación en las culturas permiten focalizar la interacción pedagógica en los procesos formativos en valores, mejorar el aprovechamiento de la cotidiana experiencia escolar y formar en los comportamientos cívicos y morales. 

El valor social, humanizante y educativo de la música ha sido reconocido desde siempre como un imprescindible componente de la formación escolar sobre la paz, la tolerancia, el respeto, el perdón, la amistad, la libertad y la humildad.  Y también, como me recordó uno de mis lectores, sobre la honradez, tal como lo canta Mike Laure: «Eres colegiala, de buen plantel de bachillerato, / pero de nada vale tu educación ante mi honradez/». (El lector puede escuchar la canción titulada «La Colegiala» aquí: https://rb.gy/d3puxb).  

Así, para Platón: «Los patrones de la música y de todas las artes son las claves del aprendizaje» y para Aristóteles: «La música purifica las pasiones y provoca en los humanos una alegría inocente y pura». A estas educativas aserciones se agrega, entre otras, la convicción de Annie Lennox de que: «La música es la más fenomenal plataforma para el pensamiento intelectual».