18 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Recogiendo votos con el dolor y el hambre de la gente

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa

No se necesitan dos dedos de frente, ni disponer de una mente muy brillante y mucho menos de un coeficiente intelectual fuera de serie, para entender el juego politiquero de la mayoría de los precandidatos a la presidencia y candidatos al Congreso, aprovechándose de la coyuntura difícil del país para recoger votos entre los más incautos. 

Hay que decir las cosas claras. El hecho más infame corrió por cuenta del candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, quien en una intervención en La Guajira le lanzó un guiño a los terroristas implacables y asesinos del ELN, con una frase que no admite falsas interpretaciones: 

“Nosotros vamos a brindar las opciones desde el 7 de agosto de un perdón social que incluye desde Uribe hasta el ELN. No nos interesa iniciar nuevos ciclos de violencia sino terminarlos todos y de manera definitiva, queremos que ya no exista insurgencia armada contra el Estado, ni narcotraficantes al lado del Estado”. 

Este guiño de Petro fue interpretado, o como decimos popularmente, cogido en el aire y de una vez por los terroristas del ELN, que determinaron un paro armado en todo el país, el cual apenas decidieron que terminaba esta mañana. 

Y como el ELN se sabe el libreto de memoria, en este paro armado volvieron con su terrorismo habitual, y le respondieron a Petro con sus acostumbrados cariñitos: ataques indiscriminados a mansalva como los de Bucaramanga a unos humildes obreros indefensos, voladuras de puentes, camiones incinerados, y terror por todas partes, para que los colombianos piensen y decidan que Petro es la salida para terminar con este dolor y esta incertidumbre que ellos mismos generan. 

Es fácil encadenar y entender los hechos. Petro les tiende la mano, sin los elenos ofrecer ni un solo gesto de buena voluntad, sin liberar ni uno solo de los secuestrados, sin suspender sus actos terroristas, sin dejar de sembrar el terrorismo y dejar de regar la sangre de centenares de colombianos por todo el territorio nacional, a cambio de un perdón inconsulto con nadie y menos con las víctimas. Lo que esos terroristas quieren: Un perdón a cambio de nada. Una promesa electorera que solo recibe el apoyo de unos sectores fáciles de identificar. 

En esta coyuntura vale citar al Sir Winston Churchill, el político, militar, escritor y estadista británico quien se desempeñó como Primer Ministro del Reino Unido de 1940 a 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando le tocó enfrentar los momentos más difíciles de esta confrontación bélica contra la Alemania de Hitler: “El que se arrodilla para conseguir la paz se queda con la humillación y con la guerra”. 

Por eso nos parece acertada la enérgica intervención del presidente Iván Duque, en respuesta a la propuesta de Petro y a la salida terrorista del ELN: “Que digan a quién le están haciendo campaña, por qué quieren combinar las formas de lucha, que digan cuál es el interés que tienen electoral, pero atentar contra la infraestructura del pueblo colombiano no hay una vileza como esa y mucho más contra trabajadores que con humildad están recorriendo el país, esto requiere el rechazo de toda la nación”. 

Y luego les dijo: “Lo que debemos tener claro es que al terrorismo nosotros no le vamos a dar ni resonancia, ni nos vamos a dejar doblegar ante esas amenazas. Mucho más, cuando ellos lo que han querido es combinar todas las formas de lucha para tener injerencia en este proceso electoral. Así que es bueno que ellos también digan a quiénes quieren favorecer”.  

Y el ministro de Defensa, Diego Molano, fue más directo, y conectó, como debía ser, el perdón ofrecido por Petro con la reacción lógica de los elenos terroristas: “Buscan es afectar la democracia, buscan influir las elecciones para que les abran falsas negociaciones de paz y que como dice hoy algún candidato les den perdón social después, o sea, afectan a los colombianos para que otros les den perdón y eso no lo vamos a permitir. Combatimos con decisión a esa estructura del ELN que lo que busca es afectar a los colombianos”. 

Esta parece ser la estrategia del Pacto Histórico. Con Gustavo Bolívar y Gustavo Petro fueron los promotores con el Comité del Paro Nacional, de esas movilizaciones y protestas cuyas graves consecuencias apenas estamos viviendo, como por ejemplo, el disparado e incontenible costo de la canasta familiar que obliga a que 20 millones de colombianos, hoy en día, apenas puedan acceder a dos comidas diarias.  

Por eso cancelaron el paro del 3 de marzo, porque la responsabilidad se les vino encima, y obviamente les vendría irremediablemente el castigo en las urnas. Eso quiere decir que el Pacto Histórico se aprovecha del hambre que acosa a los hogares menos favorecidos para recoger votos. 

Y de la misma manera está actuando la mayoría de precandidatos presidenciales, como si el Gobierno fuera el responsable directo de la pandemia del Covid-19 y de todas sus consecuencias, para sembrar más incertidumbre y recoger réditos electorales. 

Este lamentable panorama explica la pobreza de propuestas e iniciativas para enfrentar los verdaderos problemas del país: Desempleo, pobreza, hambre y violencia. ¿O alguien ha escuchado alguna solución?