17 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Petro y su gobierno del derroche


Por Gabriel Zapata Correa 

Las revelaciones de la prensa seria durante las últimas semanas, nos muestran a un Gobierno derrochador e irresponsable en el manejo de los dineros de los contribuyentes, en contravía de tantas promesas y discursos mamertos de campaña del entonces candidato Gustavo Petro, para cautivar adeptos.

Ahora que le descubrimos tantos engaños y mentiras, nos enfrentamos con una realidad que ofende hasta el más humilde de los colombianos, los excluidos que él llama y que día a día dice defender a capa y espada.

Pero también día a día descubrimos que este es un gobierno de la mentira, y que sabe envolver muy bien, como un tendero, sus engaños para hacernos creer que su realidad y la del país es otra.

Es increíble la forma como el presidente Petro desdibuja la realidad y la verdad de los hechos para darles el significado que él quiere, en el marco del activismo con que nos gobierna, orientado por sus activistas que lo acompañan en su administración.

Pese a los criterios de los expertos sobre el escandaloso caso de la contratación de una casa de 50 metros cuadrados en Davos, por 4.850 millones de pesos, dizque para exhibir y vender la riqueza y la imagen de Colombia, el presidente Petro defendió ese contrato a toda costa.

El encuentro de Davos no es como una feria de Bogotá, donde vendedores ubican stands para ofrecer productos. Allí los presidentes están en un recinto y no salen a hacer un tour turístico y menos a conocer propuestas de otros países.

¿Es coherente esta laxitud del presidente Petro con los dineros del Estado, que son dineros de los contribuyentes, con su discurso populista en beneficio de los pobres y de los maltratados por los empresarios que él ataca permanentemente?

Es una enorme contradicción que él no puede disimular en ese interminable mar de trinos, desde los cuales pretende gobernarnos, como si fuera el poseedor de la verdad revelada. La sola investidura presidencial no le garantiza credibilidad y por eso mismo fue castigado en las elecciones territoriales, en las cuales sus líneas de pensamiento y de quienes la representan fueron derrotados estruendosamente. Pero su pensamiento obtuso, acostumbrado ya a decir mentiras, no le permite aceptar la verdad de los acontecimientos.

Los hechos son más poderosos que las palabras. El encuentro de Davos no solo sirvió para escuchar el discurso de Petro, en esta ocasión enfrentado al de Javier Milei, el mandatario de Argentina, cuyos planteamientos tuvieron mayor repercusión internacional que el de su homólogo de Colombia. En este encuentro, Milei, tan criticado por Petro, viajó a Davos en un vuelo comercial, en un claro ejemplo de austeridad.

De acuerdo con Milei, logró ahorrar miles de dólares por no desplazarse en un avión privado.

“De hecho, el modo de viajar que se ha elegido nos ha permitido ahorrar unos USD 392.000… Este dinero surge del esfuerzo de los argentinos y es nuestro deber moral cuidar el mango hasta en los detalles más pequeños… Si cuidamos las monedas, los pesos se cuidan solos… VLLC !”, escribió el presidente Milei en su cuenta de X.

La cifra dada a conocer por el portavoz presidencial de Argentina, Manuel Adorni, es distinta: 321.330 dólares ahorrados, aproximadamente. Aseguró que el mandatario viajó con una “reducida comitiva” que permitió la reducción de los gastos.

¿Pero, cuál es el mensaje que está enviando el presidente Petro? El caso de la casa de Davos no sería tan grave si fuese un hecho aislado, derivado de un funcionario manisuelto que le gusta derrochar a manos llenas el dinero de los contribuyentes.

El caso de la esposa del presidente Petro, Verónica Alcocer, demuestra que parece que la laxitud en esta clase de gastos es una política de este gobierno. El gobierno del derroche.

La primera dama, sin un cargo público formal ni contar con presupuesto propio–, cuenta con un increíble grupo de asesores que nos han costado a los colombianos más de $1.000 millones.

Según la denuncia, documentada por el portal La Silla Vacía, en su rol como primera dama, Verónica Alcocer cuenta con maquillador personal y vestuarista, fotógrafo y una asesora personal que llega a tener un salario superior al de un ministro.

Pero miren ustedes que estos derroches son deliberados. Para esconder estos gastos desmesurados y hacerlos en forma secreta, algunos de los servicios de sus asesores fueron tercerizados y son pagados por tres entidades públicas distintas. O mejor, se los pagamos nosotros.

Según el diario El Colombiano, con base en documentos se determinó que los colaboradores reciben entre $10 y $30 millones cada mes por sus labores, sumado a los viáticos por los periplos nacionales e internacionales de la esposa del Jefe de Estado. No deja de llamar la atención que la mayoría de sus funciones contractuales son ambiguas y en plata blanca les pagan por labores que distan de lo que está estipulado en sus contratos. Algo no huele bien.

Estos dos ejemplos, sin contar los derroches a manos llenas de la Vicepresidente Francia Márquez, nos confirman que a este Gobierno no le duele la plata que los colombianos aportamos a las arcas nacionales.

Porque, empezando por el presidente y su esposa, son gastones enfermos y desenfrenados. Y si ese es el ejemplo presidencial, no hay barranco que nos ataje.