18 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Petro nos debe la verdad a los colombianos

Por Gabriel Zapata Correa

¿Qué le pasa al señor presidente Gustavo Petro? ¿Por qué le da por perderse en sus viajes internacionales?

El hecho más reciente ocurrió esta semana en Belém, Brasil, a donde asistió el presidente para intervenir con otros 12 jefes de Estado en la IV Cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, OTCA.

El presidente Petro estuvo presente en la primera jornada, pero en el segundo día no volvió a aparecer y los ministros que lo acompañaron le tuvieron que cubrir las espaldas. Fue muy relevante la ausencia porque no asistió al tradicional acto de la foto oficial de la IV Cumbre de la OTCA. La disculpa no pudo ser más rudimentaria y falsa: que estaba atendiendo una llamada relacionada con el atentado que el ELN planeaba contra Francisco Barbosa, fiscal general de la Nación.

Resulta que esta clase de mentiritas se descubren fácil, porque el presidente Petro estuvo perdido en Brasil prácticamente 24 horas en las que no apareció más en público, y ni siquiera emitió un solo twitter ni para referirse a las denuncias del atentado que planeaba el ELN contra el fiscal.

Los motivos de su desaparición tuvieron que ser muy importantes porque se debió aplazar el vuelo de regreso a Bogotá. Y esta vez Presidencia acudió a un decreto para extender por un día más su estadía en Brasil, aduciendo “razones climatológicas” para el no despegue de su avión. Otra mentira porque los demás mandatarios que asistieron a esa cumbre sí pudieron regresar a sus países de origen y jamás se reportó mal tiempo en la región.

En consecuencia, Petro volvió a aparecer en la mañana del jueves 10 de agosto, cuando finalmente se dispuso retornar a Colombia, pese a que tenía reunión programada con el presidente de Suiza en Bogotá a las 11:00 de la mañana, que fue pospuesta para las 2 de la tarde.

El reporte que le han hecho los medios de comunicación a las sorpresivas desapariciones e incumplimientos del presidente Petro a diversos actos oficiales, dentro y fuera del país, suman más de 80 en el primer año de su gobierno. Y estos desplantes se han convertido en su sello personal, porque además ni el presidente ni nadie de Presidencia salen a dar una explicación o una justificación, como si no les importara la gente.   

Así ocurrió en su reciente viaje a París, donde también desapareció un día entero, o cuando dejó plantados a los habitantes de San Andrés, donde pretendía recibir el fallo de la Corte de La Haya.

Y la pregunta vuelve a ser la misma: ¿Por qué se desaparece el señor presidente? Los colombianos tenemos todo el derecho a saber lo que ocurre con el mandatario que fue elegido en las urnas, a las que él acude con frecuencia para reclamar su respaldo a los proyectos de cambio que quiere adelantar en el país.

Es el mismo derecho que tenemos todos los colombianos a conocer si el mandatario de los colombianos tiene algún problema de salud que nos están ocultando.

Estas frecuentes misteriosas desapariciones del presidente nos caen como anillo al dedo para hablar de la “desaparición” o ausencia del Gobierno en los territorios. Ya hemos escuchado los permanentes reclamos de los gobernadores de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa y del Meta, Juan Guillermo Zuluaga pidiendo la presencia de la autoridad nacional, por la forma como las bandas criminales han venido ejerciendo control en diversas regiones del país. Ya escuchamos ayer la voz del mandatario de Santander, Mauricio Aguilar, quien les pidió al presidente Petro y al ministro de la Defensa, Iván Velásquez, “que se amarren los pantalones”.

Pero la ausencia no solo es en autoridad. Miren la denuncia del presidente del Directorio Nacional Conservador y de la Comisión Tercera del Senado, Efraín Cepeda, en un debate de control político. Cepeda advirtió que se han dejado de ejecutar unos $80 billones del Presupuesto de 2023.

«Se nos prendieron las alarmas en junio cuando había una ejecución de pagos apropiados solo del 15 por ciento, cuando debía estar en el 50 por ciento», advirtió el senador Cepeda.

«La inversión pública es un determinante del crecimiento económico, cuando la economía del mundo se desacelera, cada obra es generadora de empleo por lo que hay que irrigar recursos públicos y privados. Tener los recursos guardados en un banco es un atentado contra los programas sociales y de infraestructura que requieren los colombianos», dijo el presidente de la Comisión Tercera de la cámara alta, de asuntos económicos.

Como vemos, el presidente se desaparece de cuando en vez y nadie sabe qué se hace, y el Gobierno está ausente, mientras las regiones claman por las acciones del estado. Necesitamos la verdad y más eficiencia de un Gobierno paralizado.