3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: ¡Petro inicia campaña para quedarse en el 26!

Por Gabriel Zapata Correa 

Los colombianos quedamos notificados. El presidente Gustavo Petro acaba de iniciar la campaña presidencial del 2026, para quedarse en el poder. Y si no es él, en cuerpo ajeno.

Ya lo había manifestado el mandatario en ocasiones anteriores, que cuatro años son muy pocos para hacer el cambio que tanto prometió en su campaña presidencial, y que hasta el momento se ha quedado en trinos y en discursos de lucha de clases, hechos de corrupción, peroratas de un hombre resentido contra los empresarios, dispuesto a arrasar con todo lo que le indican sus caprichos mamertos que ni siquiera son de izquierda.

La misma vicepresidente Francia Márquez lo dijo esta semana, que les hacen falta más de cuatro años para que el cambio sea una realidad.

Pero Petro sabe para dónde va. Aunque tanto como alcalde Bogotá, como en lo que lleva de este desastroso mandato ha demostrado ser un pésimo administrador, políticamente sabe lo que está haciendo. Mantiene al país dividido, una estrategia que le sirve a sus intereses, y por debajo de la mesa va moviendo sus fichas políticas con la mira puesta en lo único que le interesa: el poder.

En esta perspectiva, hay que reconocerle a Petro que ha hecho una jugada bastante interesante, porque sabe que de los dos años y medio que le quedan de Gobierno, para ejecutar solo le resta un año largo, porque después vendrá a fondo la campaña presidencial. Y lo que no se hizo en este tiempo, no se hizo.

Esta jugada política explica los nombramientos que ha hecho Petro en cargos clave para el país, y, en especial, para su futuro político como en el Departamento Nacional de Planeación, en el Departamento de Prosperidad Social y en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).

Los nombres de estos nuevos funcionarios han despertado una enorme polémica, porque son cargos que requieren más capacidad técnica que política. Y los personajes que llegan al Gobierno son activistas convencidos, en ejercicio.

Todos conocemos la trayectoria política de Alexander López, quien no tiene ni idea de Planeación Nacional y peor aún si lo comparamos con quien acaba de renunciar a esta cartera, Jorge Iván González, un experto progresista sin radicalismos ni sectarismos.  

Y qué decir de Gustavo Bolívar en Prosperidad Social, para manejar 11 billones de pesos, un presupuesto tan grande que corresponde al de tres o cuatro ministerios. Bolívar es un activista confeso, cuestionado por su papel en el complejo asunto de la Primera Línea, en aquellas protestas sociales en el gobierno de Duque.

Y para el puesto de Olmedo López, llegará Carlos Carrillo, exconcejal de Bogotá y reconocido militante y activista del Polo Democrático.

El más duro en reaccionar fue el exdirector de Planeación Nacional, Jorge Iván González, quien manifestó su descontento, porque el “tono” del consejo de ministros cambió. En declaraciones emitidas en un evento de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, González manifestó su descontento respecto al actual enfoque que está tomando el grupo de “gobernadores” que rodean al mandatario colombiano.

González criticó que se ve en los funcionarios un activismo que, a su juicio, podría comprometer el desarrollo y la implementación del Plan Nacional de Desarrollo aprobado por el Congreso de la República: “Es muy duro lo que ha pasado. El tono del Consejo de Ministros cambió de manera sustantiva. Es increíble ver cómo se pasa de un Consejo de Ministros, de gobernantes, a uno que cada vez es más de activistas. Y eso es brutal”.

Y la exministra de Agricultura, Cecilia López, tampoco se quedó atrás: “Tanto que hablan de neoliberalismo, y la política social de este gobierno es absolutamente neoliberal. La vapuleada que este gobierno le ha pegado a la tecnocracia es una vergüenza: hoy predomina el activismo, que es muy importante para la sociedad; pero mi pregunta es si el activismo sabe ejecutar. ¡Eso es lo que predomina!”.

Y en la misma línea se pronunciaron otros analistas, quienes expresan que en este momento a Petro lo que más le interesa es pensar en prolongar su gobierno, independientemente de sus resultados que son desastrosos, con más vitrina en la corrupción que en el resultado de menguar el hambre de los más vulnerables.

A los aires dictatoriales que ha mostrado el expresidente Petro, y al desprecio por las instituciones, el mandatario le suma ahora el ingrediente del activismo, lo cual quiere decir que desde ya tendremos a un gobierno en campaña. Y si la que lo llevó a Palacio fue sucia y corrupta, qué podremos esperar de acá al 2026.