18 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Me la juego con Fico y Oscar Darío Pérez

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

Estamos a una semana de unas elecciones que van a ser históricas, no solo por la selección de los precandidatos que se van a perfilar para disputar la Presidencia de la República, sino porque los colombianos tenemos la oportunidad de renovar el Congreso, con una muy baja favorabilidad en su imagen por sus permanentes señalamientos de corrupción que se les hace a varios de sus integrantes. 

No vamos a cabalgar en el desgaste del Gobierno del presidente Iván Duque, porque es natural que todos los mandatarios, a estas alturas, siempre marcan bajos índices de calificación, y finalizan sus períodos con pocos niveles de aceptación, y más aún este que tuvo que afrontar la pandemia del Covid, una plaga que azotó a todo el mundo durante casi dos años. 

La mayoría de los precandidatos y candidatos han montado sus campañas sobre los desaciertos del actual Gobierno, que es la fácil. Y valga decir que muchos de ellos, de una u otra forma, apoyaron a este gobierno. Pero a la hora de pasar cuentas de cobro todos escurren el bulto. 

No obstante, en medio de tantos agarrones y de la pobreza y la escasez de propuestas, yo he decidido respaldar con mi voto al exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, integrante de la Coalición Equipo por Colombia, no solo por su trayectoria política, transparente y decidida, sino por la coherencia en sus planteamientos y porque es un hombre que expone sus ideas sin sectarismos ni rencores. 

Además, frente al candidato que lidera las encuestas, Fico Gutiérrez asume el papel serio y consecuente con una Colombia que necesita unos cambios acordes con sus problemas, pero no un revolcón que toca sus estructuras institucionales. Fico es un candidato muy lejano del populismo dañino, que, para llegar al poder, es capaz de negociar todos los principios y alinearse hasta con los más corruptos, no importa de cuál calaña. 

Las ideas de Fico son claras. Basta con leer algunas de ellas: 

“Me comprometo a trabajar de la mano de la empresa privada. No solo se trata de proteger y respetar las empresas sino de trabajar juntos. Sin empresas no hay oportunidades”, dijo.  

“No creo que existan fórmulas mágicas, pero sí certeras, y una de ellas es el trabajo en equipo entre el sector público, productivo, la universidad y la sociedad civil. Es algo que nos funcionó durante varias décadas y que ha mostrado el progreso”, señaló.  

Y como es un dirigente de convicciones, libre de falsas soberbias, afirma que “No me creo ni un mesías, ni un salvador, tampoco hago milagros. Yo lo que tengo es vocación de trabajo. Ya goberné una ciudad, lo hice bien, nunca digo mentiras, goberné de manera transparente, honesta, con cero corrupción y lo que vengo a decirle a la gente de todas las regiones es que hay que trabajar de la mano, pues no creo que el centralismo siga siendo una solución”.  

“Yo no tengo un solo escándalo por corrupción. Ya goberné una ciudad con un presupuesto anual de 5 o 6 billones de pesos. Enfrenté a los criminales, garanticé educación, empleos e inversión social. Así lo haré cuando sea Presidente “(…) voy a liderar el país desde las regiones. Mi oficina siempre ha estado y seguirá estando donde yo esté: en la calle. Nunca imponer, siempre escuchar. Y lo más importante: Juntos”, afirmó.   

Para el precandidato, uno de los sectores más importantes para centrar los esfuerzos en los próximos años es en la juventud.  

“Que no se salgan de estudiar los muchachos y que tengan acceso a la educación superior, pero con pertinencia y calidad. Es necesario garantizar la inserción laboral y que se cumplan los sueños. No hay mejor política social que la generación de empleo y oportunidades. Ahí es donde nos vamos a enfocar”, anunció. 

“Mientras hay unos modelos de país populistas y autoritarios que lo que quieren es acabar con las empresas, lo que queremos nosotros es que haya más empresas y más y mejores empleos. Otros quieren que el país se mantenga en paro, bloqueos y violencia, nosotros queremos un país hacia adelante, solucionando sus problemáticas”.  

Fico reconoce que Colombia si necesita un cambio, pero “esto no puede significar nunca un salto al vacío como le sucedió a Venezuela y Nicaragua”.  

“Esto no es un juego, no es momento ni de egos ni de vanidades, este es un momento donde miramos cómo defendemos los modelos de país y yo por eso aquí no tengo una carta oculta, ni una carta guardada”, expresó el exalcalde de Medellín. Su modelo de país es una convicción, y por eso afirma que “Si por alguna razón nosotros no pasáramos a segunda vuelta y pasan ustedes contra Petro, al otro día ni me llamen; no me tienen que llamar. Yo me recorro el país solito buscando los votos, haciendo lo que pueda hacer para que sean ustedes los que ganen y cuidemos el país y la democracia”.  

Y para la Cámara de Representantes voy a votar por Oscar Darío Pérez #102 por el Centro Democrático. Cono lo dije hace ocho días, aunque hay otros aspirantes serios, responsables y decentes que quieren llegar a la Cámara, me gusta mucho la figura de Oscar Darío Pérez, porque lo conozco hace muchos años, como persona, padre de familia, dirigente, político y especialmente en el Congreso.  

Compartí con él durante varios años muchas jornadas de trabajo en el Congreso, y sé de sus responsabilidades en el manejo legislativo, pensando siempre en lo mejor para el país.  

Oscar Darío es una de las figuras indiscutibles del Centro Democrático, y de la Cámara de Representantes. Siempre se ha destacado en temas de la hacienda pública y tributarios. Es un experto estudioso, serio y responsable, como representante y senador de la República. 

Por todas estas razones, estoy convencido de que Oscar Darío es garantía de seriedad, transparencia y eficiencia. Como fórmula al Senado, Oscar Darío estará acompañado del joven político de Rionegro esteban Quintero # 23, de buena imagen en el Centro Democrático. Hay que reconocer que Esteban es una buena fórmula. También votaré por él. 

Hay que votar, ejercer el libre ejercicio de sufragar, no solo para fortalecer la democracia, sino para derrotar a los corruptos.