16 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Fico, la mejor opción democrática 

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa

Luego de la resaca normal producida por los resultados de las consultas y de las elecciones legislativas, el país comienza a reacomodarse al nuevo mapa político, sobre todo de cara a la confrontación electoral hacia la presidencia de la República. 

Desde luego que los resultados han ubicado de nuevo a los colombianos frente a una disyuntiva real e innegable: otra vez entre la izquierda radical y la derecha. 

Pero en esta izquierda hay de todo, hasta mamertos de todos los colores y camuflados figurines de partidos tradicionales, que buscaron refugio en el Pacto Histórico para regresar al Congreso, y a fe que lo lograron bajo las banderas de un falso progresismo, cuya máscara se ha ido cayendo poco a poco. 

En tan solo seis días después de las elecciones, el país respira un ambiente de incertidumbre, de inseguridad jurídica, de angustia, y ha vuelto a caer en un mar de nervios, crispado por las amenazas gaseosas de una expropiación hasta de las pensiones, bajo la figura de “democratización”, o de “democratizar”, para repartir lo que muchos colombianos se han ganado a punta de sacrificio y de trabajo a lo largo de toda su vida. 

Ni los asesores de esta izquierda superflua, promesera y populista, que trabaja la mentalidad de las clases menos favorecidas con la filosofía de quitarles a los que tienen algo, para repartir entre los que menos tienen, han podido explicar el nuevo sistema de pensiones, que tiene en pánico a los millones de colombianos que trabajaron toda su vida para acceder a una jubilación decente. 

Pero el problema no se reduce únicamente al tema de las pensiones, sino que se extiende a otros temas que merecerían una explicación más profunda, como el asunto del petróleo, y Ecopetrol, pero que el representante más visible no ha sido capaz de profundizar por su propia incapacidad e impreparación. 

¿Cuál es su propuesta de salud para remplazar a las EPS? No la tienen, por la simple razón que es más fácil destruir y criticar que construir. 

Y en el tema de la paz, para hablar de otro eje fundamental de lo que propone esta falsa izquierda, tampoco son claros. Simplemente hablan de perdón, a ver si el ELN los escucha. Pero los narcoterroristas elenos saben que tienen que acentuar sus atentados criminales y los secuestros, para que los colombianos ingenuos anhelen la paz prometida por esta falsa izquierda populista. ¿Y de la vivienda, la niñez, infraestructura, narcotráfico? ¡Nada! 

Hay otros candidatos tan flojos, como el de Centro Esperanza, Sergio Fajardo, quien solo sabe atacar al Gobierno y al uribismo, pero no tiene una sola propuesta. La pobreza intelectual de Fajardo da grima. Casi toda su vida en la política y no tiene una idea clara de cómo se podría estructurar un programa serio y efectista de salud para los colombianos menos favorecidos. Vale decir que, con semejante pobreza y escasa preparación mental, antes Fajardo sacó demasiados votos.  

Lastimosamente Ingrid Betancourt ha trasegado durante estas semanas por las diferentes gamas políticas, sin poder mostrar una definición en una plataforma seria y sólida que nos permita pensar en una aspirante que le pueda prometer a Colombia un futuro promisorio. 

A Rodolfo Hernández, tenemos que decirlo, no le conocemos, hasta el momento, un programa completo que abarque todas las facetas de las necesidades que tiene Colombia, en materia de paz, narcotráfico, vivienda, infraestructura, nutrición infantil, educación, respaldo al campesino, desarrollo del campo, entre otros. 

Aunque este es el principal vacío de todos los candidatos, quien ha sido más concreto es Fico Gutiérrez, el exalcalde de Medellín. Por algo su nombre ha venido recogiendo adeptos en todos los rincones del país y continúa erigiéndose como el aspirante más serio para fortalecer la democracia, amenazada cada día más por una izquierda floja, populista y recalcitrante, que respira más odio que esperanza. 

Desde hace varias semanas he venido escribiendo que Fico es el mejor, y ahora en la antesala de la primera vuelta, sus propuestas pragmáticas y sólidas desnudan a una izquierda promesera que está jugando con la necesidad y el hambre de los colombianos menos favorecidos. 

La responsabilidad de los colombianos es salvar la democracia. Y la oportunidad es acudir masivamente a las urnas, para defender todo lo que hemos construido con tanto sacrificio y trabajo.