4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: ¡Colombia, resucita!

Por Gabriel Zapata Correa 

Acaba de finalizar la Semana Santa y mañana es el día de la resurrección de Jesús. Unos días de reflexión, en los cuales quienes profesamos y respetamos la fe católica aprovechamos para reverdecer y fortalecer nuestros valores espirituales, basados en los principios que nos dejó el Gran Maestro en las palabras del Evangelio, con su ejemplo que lo llevó hasta el sacrificio por todos nosotros.

Pero estos días de reflexión hay que hacerlos necesariamente extensivos a la interminable pasión que estamos viviendo en Colombia, por cuenta de una pesadilla llamada Gustavo Petro, que nos ha sumido en la inseguridad y la incertidumbre, acudiendo a su método populista de dividir al país entre los buenos dirigidos por él, y los malos que no comulgamos con sus discursos, y entre ricos y pobres, en cuyo esquema político solo cabe su figura ejemplar de hombre probo, víctima de la otra mitad que no votamos a su favor.

Colombia debe despertar ya, y resucitar cuando antes para no dejarnos llevar a la ruina, y como dicen muchos colombianos, a un abismo sin fondo.

Petro ni raja ni presta el hacha. Se tiene que hacer su voluntad. Y lo está demostrando con el odio que le refleja a Antioquia, aunque lo niegue. Porque como dicen, obras son amores y no buenas razones.

Ni le cede las vías 4G para que el Departamento las termine, como lo solicita respetuosamente el gobernador Andrés Julián Rendón, ni las financia. Pero tampoco está de acuerdo con la “vaca”, como se ha manifestado en sus redes sociales.

Descalifica el acto solidario y cívico de miles de antioqueños, cuya tradición ha sido hacer la fuerza entre todos, en otras obras como el hospital Pablo Tobón, el Teatro Metropolitano, la carretera al Mar, y ahora las 4G, para citar tan solo estas.

Pero Petro, acostumbrado a mirar la paja en el ojo ajeno y a desconocer la viga en el propio, se pegó de una noticia falsa para descalificar la “vaca” para las carreteras 4G. Según esa noticia falsa, el Clan del Golfo había hecho una donación a la “vaca”. No esperó la investigación que él pidió, y se anticipó a lanzar su veredicto cargado de veneno y de odio.

¿Acaso Petro, cuando era senador de la República, explicó algún día el origen de unos dineros que él recibió en chuspas de tienda, según aparece en un video cuya autenticidad jamás fue puesta en duda?

Como hombre astuto, amigo de la mentira y del engaño, el hombre se sabe salir de sus trampas.

Colombia debe despertar ya y resucitar. No nos podemos seguir tragando los sapos de un candidato que negoció con las bandas criminales, cuya campaña recibió dineros de los narcos y que no ha sido capaz de explicar la acusación que le hizo públicamente alias “Ivan Mordisco” en el sentido de que respaldaron su trabajo proselitista hacia la presidencia de la República. Este criminal fue tan contundente, que dejó al presidente callado: “Cuando lo apoyamos en campaña no éramos traquetos. Además de traicionarnos, traicionó al pueblo que lo respaldó por su discurso progresista y de paz, hoy impulsa la guerra y el capitalismo”.

Petro había acusado a Mordisco de ser un “traqueto” (narcotraficante) vestido de revolucionario”. Tan acucioso para exigirle a la Fiscalía que se investigue la “vaca” por una falsa noticia, pero tan laxo para hacerse el bobo con el fango que le llega más arriba de las rodillas.  

Menos mal que en el país hay síntomas de que este falso líder populista no tiene a todos los colombianos servidos a sus intenciones en bandeja de plata. Porque en los territorios donde su discurso fue derrotado en las pasadas elecciones hay resistencia abierta contra sus políticas, especialmente en materia de la paz total, por la inseguridad manifiesta y el control que pretenden establecer estar bandas criminales, con la venia elocuente, ambigua y laxa del ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien tiene a las Fuerzas Armadas atadas de pies y manos.

Por lo menos en Antioquia y Medellín, Atlántico y Barranquilla, Santander y Bucaramanga, Bogotá, y Valle del Cauca y Cali, sus mandatarios le están hablando clarito a Petro, y no le están dejando pasar los sapos que nos quiere hacer tragar.

Contra la verdad y el engaño nadie puede. La verdad se impone, y como lo dijimos hace ocho días, Petro se quitó la máscara y ya le vimos el rostro del farsante que es.

¡Que Colombia entera resucite!