2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Salud y Economía, dos mundos en consonancia, la tarea hoy

@IvanDuque

Por Alejandro Villa 

Comparto la medida adoptada en relación al aislamiento obligatorio para toda la población hasta el próximo 27 de abril, medida esta que, aunque agrava la problemática económica del país, ha  demostrado, que si se hace bien, logra suavizar la curva de propagación del virus y en  consecuencia el aislamiento obligatorio, será uno  y será corto.

Así como comparto la medida de prevención que se está proponiendo de hacer uso de la mascarilla de forma obligatoria, cuando avancemos al aislamiento inteligente. Esta simple decisión ha salvado millones de vidas en otros países.

Además esperamos que la implantación de una estrategia para hacer monitoreo y pruebas rápidas, sea adoptada ya y en todas las ciudades del país. Si logramos hacer eso, nos graduaremos como uno de los países que supo hacer la tarea y aprenderemos mucho hacia el futuro, cuando estemos sacando conclusiones.

Pero a nuestro gobierno, como al malabarista del circo con siete bolos al aire y montado en un monociclo, se le sumara el no menos importante  desafió de salvar la economía: Lanzando programas y estrategias, manteniendo el equilibro y arrojándolas al aire alternadamente, sin dejar que se caigan al suelo, esa es la tarea.

Tremenda responsabilidad tiene el gobierno del Presidente Duque de adoptar las medidas económicas que salven de caer al suelo a los diferentes sectores de nuestra economía, formal e informal, grande  mediana y pequeña, industria, retail, servicios, turismo, en fin, la tarea es que todo vuelva a funcionar como antes y con las correcciones de lo aprendido, que seguramente le haremos a nuestro sistema.

Lanzar un programa de inversión importante en obras de infraestructura es parte fundamental  de la estrategia, bajar las tasas de interés drásticamente,  pero además subsidiar las tasas hipotecarias en todos los estratos, para activar la mejor de las políticas anticíclicas que se conoce, “la construcción”.

Las medidas que se adopten deben propender por mantener o aumentar la liquidez y el flujo de crédito para las empresas en el sector formal. Además, crear estrategias de crédito nuevo, dirigido a los sectores informales que generen a su vez bancarización para los mismos. Y asegurarse que la destinación de los recursos provenientes de esos créditos, repercutan directamente en salvar los puestos de trabajo y a mantener la actividad productiva.

¿Pero cómo irrigar esta liquidez en tiempos de desequilibrio, en tiempos de caos? La idea de entregar a la banca esta responsabilidad, me parece difícil, una banca acostumbrada a generar las mayores utilidades, lejos, en toda la economía. Es como pedirle al gordo del afiche de la tienda, que dice  “yo vendí  de contado”, que le preste al flaco del afiche, que dice  “yo vendí a crédito…” Difícil, muy difícil.

Los bancos hoy no están pensando en cambiar sus manuales, y sus comités de crédito no están tomando decisiones inmediatas. Hoy un préstamo  para un pequeño empresario, para pagar nómina, se está demorando lo mismo o más que antes de la pandemia. Se le está solicitando balances firmados (y el contador confinado en casa, como debe ser), proyecciones de ventas 2020 (cómo le parece), proyección de gastos, índices de liquidez y solvencia, (mejor dicho, grave).  Grave porque como dicen los empresarios,  dentro de 45 días cuando aprueben el crédito, “ya no hay sujeto”.

Tenemos que sacar adelante la economía, tenemos que salvar el sistema productivo, pero necesitamos acciones audaces y efectivas.

El gobierno debe hacerse cargo de los aportes parafiscales, eso ayuda aligerar la carga para el empresario. El gobierno tiene que entender que  obligar a los empresarios a pagar impuestos o recaudos de IVA y retenciones, les está quitando la liquidez obligándolos a hacer la fila donde, “el gordo del afiche”. La propuesta es que se aplacen todos los pagos, hasta que se normalice la situación.

El banco central y el gobierno tienen que cerrar los ojos y confiar que los créditos irán a financiar en principio la nómina y luego el daño que deje el aislamiento obligatorio.

Ya veremos, cuando hayamos logrado la victoria,  estemos a salvo y miraremos cuáles fueron las bajas de esta batalla.

No quisiera pensar que nos toque decir como dijo el rey Pirro de Epiro: “Otra victoria como esta y volveré solo a casa”, refiriéndose a sus Victorias Pírricas.