Que no gane el miedo

Por Nicodemo

La pandemia mundial llamada Covid-19 cambió el mundo y lo tiene prácticamente paralizado.

Los gobernantes en su inmensa mayoría optaron por paralizar sus economías y a sus ciudadanos con la promesa de que si nos quedamos en casa y que si tomamos ciertas medidas higiénicas todo va a pasar pronto y volveremos a ser los de antes o incluso mejores.

Creo sinceramente que nos están mintiendo y que nuestros gobernantes presos del miedo producido por unos medios de comunicación irresponsables y alarmistas están llevando al mundo a una recesión general.

Explico mis razones, en primer lugar, lo del nombre, eso de llamar pandemia mundial a este virus creo que es un error.

Etimológicamente pandemia significa “a todo el pueblo” y si vemos la situación mundial nos damos cuenta que el 90% de todos los contagiados y el 95% de todos los muertos que hasta hoy ha causado esta pandemia se produjeron en tan solo 20 países.

Los otros 164 países albergan el 10% de los contagiados y el 5% de los muertos. Ahora, el porcentaje de recuperados también llama la atención.

A nivel mundial el 23% de los contagiados ya se ha recuperado. En china el porcentaje es del 94%, en Corea del 70% en Alemania del 44% y en España del 37%.

La tasa de fallecidos en el mundo está en el 6%, muy por debajo del porcentaje de la gripa que después de 50 años de estudios y tratamientos está por el orden del 13%. ¿Entonces, cuál pandemia?

El segundo argumento es el de las medidas aplicables para combatir este virus. Mientras que en unos países las restricciones han sido muy exigentes como en Perú y Colombia, en otras partes como México, Estados Unidos, Suecia y Rusia han sido poco severas y en ambos grupos los resultados hasta hoy son muy similares.

Esta situación hace pensar que las medidas tomadas  por Iván Duque que tienen paralizado al país y encerrados a sus nacionales no arrojan mejores resultados que las de Andrés Manuel López Obrador o Donal Trump, sin paralizar la economía ni mandar al confinamiento a sus ciudadanos.

Por ejemplo, en los Estados Unidos, aparte del cierre de fronteras, en las regiones más afectadas como Nueva York, Washington y California el cierre de establecimiento es casi total, las fábricas, salas de belleza, colegios han cerrado y hay una recomendación general por la prudente distancia, además de las medidas sanitarias, en el resto del país solo se ha limitado al cierre los centros comerciales, uso de tapabocas y las reuniones multitudinarias.

En México las medidas han sido aún menos estrictas. Al mandatario mexicano le han dado hasta con el sombrero propios y extraños por no instaurar medidas estrictas para el control de la pandemia, y hasta hace poco seguía invitando a cenar en restaurantes y no hacerle mucho caso a ese virus.

Es más, hasta ayer México pasó de fase uno a la fase dos y comenzó aplicar las medidas de sana distancia, suspensión de eventos masivos y las concentraciones de personas en espacios reducidos, así como optar  por el aislamiento voluntario para evitar la propagación. Cabe recordar que son cinco fases.

Los Estados Unidos ha sido la nación más golpeada por los contagios. Hoy está llegando a los 505.000 casos, México por su parte reporta 3.844 y Colombia con 2.473, pero, el porcentaje de occisos es prácticamente el mismo en los tres países. El 3% de los contagiados está falleciendo. En otras palabras, con una intensidad muy distinta en las restricciones a los ciudadanos, los tres países tienen resultados similares. Esto echa por tierra la necesidad y la eficacia de las medidas tomadas en Colombia.

En países como Alemania, Japón, Rusia, India y Suecia las medidas no han impedido la movilidad de las personas. En China la situación está prácticamente normal, en Alemania, Angela Merkel anunció que la próxima semana reabre fábricas automatizadas, colegios y universidades y que gradualmente reabrirá el resto de los actores económicos. Japón anunció que jamás impedirá la movilidad de las personas ya que eso es vulnerar los derechos fundamentales. Rusia tal vez es el mejor preparado, pero sus casos no llegan a los 11.000 con 76 fallecidos y en Suecia no se ha aplicado ninguna restricción a pesar de que están llegando al millar de fallecidos.

El tercer aspecto que quiero resaltar es el después del fin de la pandemia, lo que la OMS ha llamado la quinta fase.

Se supone que el virus comenzó con una persona de acuerdo con la versión oficial. Un ciudadano en Wuhan adquirió este virus a través de una sopa de murciélago.

Otra versión del origen es que fue fabricado en un laboratorio en los Estados Unidos y que fue llevado en frascos a Wuhan, lo mismo que en España, Italia e Irán.

Un ciudadano chino capturado en el aeropuerto de Boston con 21 frascos con un líquido sospechoso para las autoridades resultó ser muestras, no de cáncer como dijo el portador sino de Covid-19.

Cualquiera que sea el origen de una teoría o de otra, coinciden en que el virus comenzó con una sola persona y de ahí se extendió al mundo.

Si esto es cierto y así parece ser, es mentira que esta pandemia se acabe, este virus llegó para quedarse. Lo que hay que hacer es saber vivir con él.

Cuarentena hasta abril 13, cuarentena hasta abril 27, cuarentena hasta mayo, hasta junio, todo da lo mismo. Un solo infectado va a generar una nueva pandemia.

Pregunta: ¿esto lo sabe Iván Duque, Claudia López, Daniel Quintero y todos los demás gobernantes? yo creo que sí. ¿Entonces porque lo hacen?

Los mal pensados dirán que la corrupción está de fiesta con la feria de contratos adjudicados a la sombra de la emergencia sin necesidad del lleno de requisitos.

Se está reventando la economía en Colombia. El daño es tan grave que obliga al presidente, a los alcaldes y gobernadores a tomar acciones excepcionales para evitar el desempleo y el cierre de empresas como ya está ocurriendo.

La situación de parálisis de la economía y el encierro es caldo de cultivo para alentar tan pronto se puedan movilizaciones sociales y los paros.

Si el gobierno está preocupado por el Covid-19, debe estar lleno de pánico por el tema económico.