2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Que alguien despierte a la señora alcaldesa Virna

Virna Liz Johnson

@Virnajohnson @SantaMartaDTCH

Por Horacio Toro

La alcaldesa de Santa Marta, la señora Virna Liz Johnson Salcedo se quedó viviendo en la pandemia. Ella sigue creyendo que el mundo no ha cambiado y quiere permanecer con restricciones de épocas ya superadas. 

Sustento esta afirmación en la vigencia del decreto 217 del 2021 mediante el cual la señora Virna pretendió “darle un día de descanso y oxigenación a las playas de Santa Marta”. 

La arrogancia de semejante concepto la llevó a decretar solemnes estupideces que, por supuesto, jamás se cumplieron, pero, que aún hoy se mantienen vigentes.

Me explico. Doña Virna quiso limitar la cantidad de visitantes a las playas. Ella consideró que no podían haber más de 10.232 ocupantes para todas las playas de Santa Marta y por ejemplo, a El Rodadero se le permitiría hasta 2.600 personas y a Taganga 345 y así con cada una de las doce playas que entraron en la lista de doña Virna.

Este decreto vanguardista prohíbe en las playas el consumo de bebidas alcohólicas, fumar, introducir alimentos, la compañía de animales, la instalación de carpas, los plásticos de un solo uso, las ventas ambulantes, la venta de servicios como los masajes o tatuajes, los peinados incluidas las trenzas. Se prohibieron hasta las agrupaciones musicales, en resumen, como lo dice el propio decreto… “se prohíbe cualquier actividad que genere lucro… “a menos que esté debidamente autorizada por la Secretaría de Gobierno. Además, los escogidos visitantes debían estar en las playas, no solo acatando todas estas prohibiciones, sino usando tapabocas, cuya obligatoriedad no se cuestiona.

Esta sarta de tonterías por supuesto jamás se cumplieron y es fácil entender porque, con tampoco personal y en áreas tan extensas quién iba a llevar la cuenta de los visitantes, como controlan lo que consumen a todas las playas, quién los iba a vigilar y en fin, doña Virna hizo un decreto digno de que pasar al olvido.

Pero ahí no para la cosa y como aún está vigente el referido decreto, se mantiene una prohibición y es que una vez al mes las playas no tengan visitantes “… para permitir la regeneración y recuperación del impacto ambiental generado por las dinámicas del uso turístico…”

Señora Virna, le pregunto: ¿le parece conveniente mantener vigente estas inútiles restricciones en medio de las dificultades económicas y sociales como las que estamos viviendo? Señora Virna, ¿cree que cerrar las playas una vez al mes va a oxigenar las va a oxigenar? ¿La playas para usted son seres vivos que necesitan del oxígeno?

Opino que si las playas se cerraran debería de ser para embellecimiento y limpieza. Y uno hasta diría en que ayudo, pero solo es para oxigenar. ¡Vaya semejante estupidez!

Estas medidas sólo están perjudicando al comercio, al trabajo, al turismo y a la imagen de Santa Marta.

Que alguien le cuente a doña alcaldesa Virna que estamos en el 2023, que, sino los oye, que vayan donde el gobernador Carlos Caicedo para que él, que sí la manda, le informe que la pandemia ya pasó, que lo que necesita Santa Marta es desarrollo y trabajo.

En fin, por favor, que alguien despierte a la señora alcaldesa Virna Liz