17 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Por qué quieren cambiar al gerente del Metro? 

Guillermo mejia

Por Guillermo Mejía Mejía (foto)

La citación que ha hecho el alcalde encargado de Medellín a la junta directiva del Metro para una reunión el próximo 7 de diciembre, en el piso 12 de la alcaldía, con el fin de cambiar los estatutos de la empresa y dentro de ellos el perfil del gerente, ha caído en la sociedad antioqueña como un baldado de agua fría por lo torpe, extemporánea e ilegal de la maniobra, pues si bien se puede reunir el quorum y los votos necesarios para semejante atropello, no es tan fácil, jurídicamente hablando, que Hurtado se salga con la suya siguiendo instrucciones de Daniel Quintero. 

La insubsistencia de un funcionario de libre nombramiento y remoción goza de presunción de legalidad, es cierto, y el acto no debe ser motivado precisamente por eso, por ser libre para el nominador. Pero ojo que esa libertad no es absoluta y él o los que tienen esa competencia, no pueden invocarla cuando se trata de un acto administrativo cuya motivación es evidentemente política. El gobernador Aníbal Gaviria ya lo había denunciado con anterioridad cuando habló de la “toma hostil” del Metro. 

Ese libre nombramiento y remoción, del que habla la ley, debe tener como finalidad el mejoramiento del servicio público y no su empeoramiento pues en reiteradas sentencias del Consejo de Estado así lo ha manifestado: 

“La insubsistencia del nombramiento es una figura a la que se recurre cuando la autoridad nominadora lo considere conveniente, en aras del mejoramiento del buen servicio. Sabido es que una medida de esa naturaleza se supone inspirada en razones del buen servicio, fin primordial de la función pública, y que el acto administrativo contentivo de una manifestación de voluntad, como la que se controvierte, goza de la presunción de legalidad, vale decir, que se expidió con sujeción al ordenamiento jurídico vigente, aunque puede ser desvirtuado mediante prueba en contrario.” Consejo de Estado, radicado # 2002-00188-01-del 19 de enero de 2.006.-subrayas ex texto. 

En el mismo sentido existen otras sentencias de este órgano judicial en donde advierte a los nominadores que esa libertad de remoción de los empleados que no están en carrera, ni tampoco en provisionalidad, ni son trabajadores oficiales, no se puede ejercer para desmejorar la calidad del servicio. 

Los requisitos para ser gerente del Metro de Medellín son bastante exigentes pues fueron diseñados para profesionales con un perfil eminentemente técnico, especialmente en las áreas de la ingeniería en sus distintas modalidades, pues eso es el Metro, un servicio basado en la tecnología del transporte sobre rieles que utiliza energía eléctrica y no combustibles fósiles y que, sobre todo, pero sobre todo, requiere de unos estándares altísimos de seguridad, sustentados en tecnología informática, pues su misión es el transporte de pasajeros, de vidas humanas, que no pueden estar sometidas a directivos, o personal técnico, que no conocen a profundidad lo delicado de su tarea. 

El 30 de noviembre pasado se cumplieron 28 años del inicio de la operación del Metro de Medellín y durante ese tiempo ha transportado 4.995 millones de pasajeros. Desde esa época, que yo sepa, se encuentra trabajando en la empresa como técnico o como directivo el doctor Tomás Elejalde, a quien solo conozco de vista, y durante ese tiempo han pasado por la alcaldía de Medellín 9 alcaldes de distinta filiación política y solo a Daniel Quintero, ya por fuera de su proceloso mandato, se le ha ocurrido cambiarlo y así se lo ha ordenado a su incondicional Oscar Hurtado, quien en un acto de absoluta abyección, ha citado la junta del Metro para esa absurda determinación que, entre otras cosas no se sabe cuáles son las razones técnicas, económicas o jurídicas que mueven a este alcalde encargado a propiciar tan despreciable decisión. 

Me niego a creer que el presidente Petro, que viene predicando un acuerdo nacional entre las distintas esferas de la sociedad y que se ha empeñado en unos diálogos de paz con distintos grupos armados ilegales, case esta pelea con Antioquia y les ordene a sus delegados en la junta que se presten para semejante insensatez, solo para satisfacer otra de las tropelías de Daniel Quintero, a quien la ciudadanía aplastó con la goleada de Fico.