20 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Palabrerías, insensateces políticas, retoricismos electoreros

Descripción: escritor

Por Darío Ruiz Gómez 

El afán de mostrar sabiduría y elocuencia por parte de algunos dirigentes de la izquierda española y latinoamericana los ha llevado sorpresivamente a cambiar de manera radical la retórica de sus discursos, tal como lo hemos venido comprobando en España en boca del insufrible Pedro Sánchez como del más inmamable Zapatero, quien después de apoyar a Chávez y lucrarse económicamente de esta amistad, continuó su tarea de apoyar a la tiranía venezolana dándose frenéticos abrazos con los Generalotes del Cartel de Los Soles, con los terroríficos hermanos Rodríguez.

Visitó a Maduro luego de que apareciera el Informe de la ONU sobre los 50.000 crímenes de lesa humanidad cometidos por su régimen. Toda una trayectoria de vilezas para mantenerse en primer plano. Hace un año publicó un texto “No voy a traicionar a Borges”, -considerado aún por la izquierda populista como un peligroso ultraderechista-, cínicamente lleno de falsedades como la de condenar hipócritamente al peronismo a pesar de su vigente admiración por Cristina Kirchner. Y esta semana en un hotel de San Sebastián dio una conferencia sobre “El Infinito” con consideraciones como éstas.

“El infinito es el infinito. El infinito no cabe en nuestra cabeza” O “Somos el único sitio del universo, del todo, si es que tenemos capacidad de concebir el todo, donde se puede leer un libro y se puede amar”.  Desplegando su gesticulación cantinflesca, haciendo los mutis necesarios y mirando fijamente a los plácidos pequeño burgueses que, arrobados, lo aplaudían.

Zapatero ha cambiado de chaqueta tratando de que olvidemos que ante las infamias del populismo, un monstruo que él ha alentado, esconderse en los meandros de estos “altos” pensamientos parece ser una buena estrategia. 

En Bruselas también Petro se ha referido al infinito como una preocupación mayor de sus elucubraciones donde su relativismo moral lo ha llevado tozudamente a afirmar que Rusia y Estados Unidos son iguales, el mismo imperialismo. 

No distinguir entre el bien y el mal ya sabemos es propio de quien o quienes ignoran que el crimen, el reclutamiento de niñas y niños debe ser pública y radicalmente sancionado y es ignorar la carta que los dirigentes comunistas encabezados por Iván Cepeda y Timochenko le enviaron en 2012 a Ortega felicitándolo por haberle quitado a Colombia 75.000 kilómetros cuadrados de mar.

El sainete auspiciado por Pedro Sánchez en su intento de reunir a la Celac con la Unión Europea en Bruselas se redujo a un desfile  de dictadorcillos tropicales  como el Presidente de Cuba, como el superfluo  Alberto Fernández, como la melliza del terror Delcy  Rodríguez, presente a pesar de estar sancionada por la Unión Europea, como el representante del gobierno nicaragüense de Ortega y Rosario, o el representante del México del tartamudo López Obrador, como el asintomático Lula, quien criticó el apoyo de Chile a Ucrania atribuyendo este “error” a la juventud de Boric, una gris representación de mandamases sin representatividad alguna que nada tienen que ver con la presencia viva y presente en el mundo de la cultura latinoamericana.

A Sánchez, quien pretendía ser el nuevo líder de la nueva izquierda de España y Latinoamérica el tiro le salió por la culata.

Habermas el gran pensador al referirse al tratado económico de Maastrich que reforzó la Unión Europea, lo llamó “un tratado entre tenderos”, ahora la reunión entre la Unión Europea y la Celac como un intento de aproximación histórica sólo demostró que la ignorancia seguirá siendo la madre de la barbarie y cuando no hay un lenguaje político apropiado es porque no hay ideas y no lo que los lingüistas han llamado una crisis de lenguaje. 

P.D. Prepárense para las oleadas de trasnochada fraseología victimista, de clichés sexuales, de todos, todas y todes que traerá el engendro del Ministerio de la Igualdad.