17 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¡Otra Vez! La Prueba PISA: Ranking de países que interfiere con la calidad de los procesos formativos escolares – Segunda Parte 


Por Enrique E. Batista J., Ph. D. (foto)

https://paideianueva.blogspot.com/

La Pruebe PISA, acrónimo de «The Programme for International StudentsAssessment» es avalada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos – OCDE con la avasalladora quimera de crear una educación única y homogénea para todas las naciones y cada una de las culturas del mundo. 

En el informe técnico, presentado en diciembre de 2023, por Andreas Schleicher, director del proyecto PISA, éste concluye y realiza sorprendentes aseveraciones sobre lo obvio y lo que es bien sabido que llevan a demostrar que no es necesario aplicar la prueba PISA para saber lo que ya está bien demostrado. En efecto, afirmó Andreas Schleicher: 1. Los resultados del 2022 demuestran que los estudiantes avanzados se desempeñan mejor que los desaventajados en todos los países y en todas las economías. 2. Es evidente que la equidad en educación permite acceso a una educación de calidad. 3. Hoy todos los estudiantes deben tener igualdad de oportunidades para tener éxito y alcanzar en el futuro su potencial completo. 4. La equidad no ha sido alcanzada por completo. 5. El estatus socioeconómico permanece, en los distintos países, como un predictor significativo del desempeño. 

Además, sobre las mismas bases de lo que siempre se ha sabido, afirma que: 6. La cantidad de tiempo que un maestro emplea para atender las necesidades individuales de los alumnos es un componente efectivo de la enseñanza. 7. La efectividad de la educación nunca excederá la calidad de la enseñanza y del apoyo que presten los maestros. 8. Los padres son los primeros educadores de los niños y juegan un papel importante en su desarrollo y aprendizaje.  

Sigue el director de PISA con conclusiones que ya han sido concluidas desde siempre, esas que dicen lo que bien se sabe sin necesidad de aplicar la prueba; en efecto, señala que: 9. Sus datos muestran que los estudiantes que reciben apoyo en la casa tienen mejor actitud positiva tanto hacia la escuela como para el aprendizaje. También, razonando sobre lo obvio, elemental y axiomático, afirma que: 10. Las habilidades socioemocionales juegan un papel importante en el crecimiento de los alumnos.  11. «Los países con mejores resultados en PISA muestran que una educación equitativa y de alta calidad es un objetivo alcanzable». Con supuesta inocencia resalta que: 12. Los datos que recoge PISA por sí mismos dejan muchas preguntas sin responder. 13. La evidencia recogida con la PISA no señala mucho sobre causas y efectos para mejores o menores puntajes en la prueba. 14. Se ha hecho consciente de que realizan mejor los países con más éxito, pero los resultados no indican cómo mejorar los sistemas educativos menos exitosos.  (https://rb.gy/pqmdc8). Entonces, si no es para mejorar, ¿para qué aplicar la prueba? 

Con base en las conclusiones presentadas en el informe técnico de 2023, se hace evidente que la prueba PISA no permite medir la efectividad de un servicio educativo y, si de antemano, se sabe que las condiciones de pobreza y de hambre afectan el desempeño, ¿para qué una prueba y para qué un ranking?, si tal ranqueo con su evidente e innegable realidad cotidiana, ya lo han fijado y predeterminado conocidas condiciones alrededor del mundo. 

Hace muy pocos años, más de 100 distinguidos académicos del mundo clamaron para que se hiciera una moratoria en la aplicación de la Prueba PISA. Basaron su propuesta en que ella crea la ilusión de medir la calidad de educación en cada rincón del mundo con la posibilidad de mejorar globalmente la misma. En carta dirigida al director de esa prueba, los académicos destacaron el exceso de confianza que, con el test, estandarizado para todo el mundo, la formación escolar pueda ser medida; cuestionan, así mismo, el modo como es administrada, como se selecciona la muestra de estudiantes y como se construye la misma. La concepción misma sobre la cual se ha construido la prueba es severamente cuestionada, ya que no existe justificación, ni evidencia de que con ella se midan las habilidades esenciales para la economía moderna. Frente al resto del mundo, está centrada en algunas sociedades occidentales, lo cual lleva a distorsionar los procesos mismos de la educación. (https://shorturl.at/wzRX8). 

En la carta mencionada, los académicos destacaron que PISA representa a un mago habilidoso que promueve la imagen de sí mismo, apoyado en la explotación de la ansiedad y el deseo de los padres, de los políticos y del público general sobre la calidad de la educación. No es cierto que esta prueba permita establecer cómo los jóvenes adolescentes están preparados para enfrentar los desafíos del muy incierto futuro; no permite establecer si ellos tienen la habilidad para analizar y comunicar efectivamente sus ideas, si tienen la capacidad de seguir aprendiendo a lo largo de la vida, o que han adquirido las destrezas y conocimientos esenciales para la participación en las sociedades democráticas modernas como: «ciudadanía, solidaridad, equidad, curiosidad, compromiso, compasión, empatía, valores culturales y salud física y mental». Además, agregaron los académicos que: «PISA es sólo una fantasía, una ilusión construida en su totalidad por quienes la conciben», con la creencia, y el muy falso supuesto, de que existe un conjunto de habilidades y conocimientos que son de igual valor para todas las sociedades, independientes de su historia, estructuras sociales, tradición cultural, modos de producción, modos de vida y del futuro que deseen construir. Aunque en los informes técnicos de la prueba PISA se indica que no se evalúa basado en un currículum nacional o en conocimientos escolares, sus resultados, sin embargo, los interpretan, contrario a toda evidencia, como medidas válidas de calidad de la educación.  

(https://shorturl.at/djJL3).  

Con la muy cuestionada prueba PISA, que es una maquinaria de la OCDE, se ha hecho todo un esfuerzo para convencer a gobiernos y al público en general sobre su validez.  Precisamente, con respecto a su carencia de validez, se destacan tres observaciones- Una de ellas se refiere a las áreas de conocimiento (ciencias, matemáticas y lectura) que supuestamente deben tener los jóvenes de 15 años «para participar plenamente en la sociedad»; la segunda observación abarca a las formas mediante los cuales el lenguaje representa esas áreas del conocimiento, y la tercera se centra en que las variaciones en culturas y en lenguas no son tenidas en cuenta en la representación de la base de datos de preguntas. 

 Así, la prueba PISA lleva a la comparación de estudiantes en un mundo artificial, porque erróneamente se asume que las diversas versiones de la prueba, en distintas lenguas, son iguales. En alguna oportunidad se utilizaron 47 versiones distintas: 7 de ellas en inglés, cuatro en francés y alemán, y 5 en español. No existe traducción exactamente equivalente de las versiones de la prueba; conocido es el caso de algunos textos escandinavos que resultaron extraños y torpes. Además, para que los alumnos completen la prueba se define como base la ponderación de 3500 palabras por hora tomada del estándar inglés; sabemos que en algunas culturas esto puede ser insuficiente. De otra parte, las preguntas de selección múltiple, con sus alternativas de respuesta, no necesariamente funcionan de modo igual cuando se trabajan en versiones traducidas desde el inglés. No hay manera en que se pueda asumir que hay una homogeneidad en el lenguaje y en las culturas en todo el mundo. Muchas de las variaciones encontradas en el desempeño de los adolescentes dependen del idioma; por lo tanto, no necesariamente se está midiendo el mismo rasgo. (https://shorturl.at/djJL3). 

Otro factor sobre la invalidez de la prueba PISA tiene que ver con el esfuerzo y motivación de los estudiantes para tomarla. Se conoce que en Australia 3/4 de los estudiantes señalaron que hubieran puesto más atención a la prueba si hubiesen recibido algún estímulo en sus calificaciones; el 80% de los alumnos en Alemania, Dinamarca y Canadá indicaron que no abordaron el test con dedicación o entusiasmo; y, en general, el 70% de los estudiantes en todo el mundo no tomaron el examen con pleno interés y seriedad. Así, se ha estimado que en Portugal el ranking en ciencias hubiera mejorado 15 lugares, en Suecia 11 y en Australia 4, si los estudiantes estuviesen debidamente motivados y hubiesen prestado atención al mismo. (https://shorturl.at/jtAK4).   

Todas estas debilidades no dan aval al supuesto en el que se fundamenta la prueba, el cual expresa que el Producto Interno Bruto de los países está asociado al desempeño de los estudiantes en ella; con este supuesto, se llevaría a la muy errónea conclusión de que con una elevación de los puntajes se mejorará también el Producto Interno Bruto. Así, se pretende crear una motivación para que los países retomen los resultados de sus adolescentes de 15 años y reordenen los procesos formativos escolares en coherencia con la concepción particular que sobre calidad de la educación tiene la OCDE.Es evidente que Pisa y la OCDE forman parte de cierta política internacional en dónde los conceptos de la economía de mercado dominan y oscurecen la concepción misma de lo que es la educación y de los procesos formativos escolares. (https://shorturl.at/flrxPhttps://shorturl.at/CERY3).  

Con la publicación de los rankings de países, basados en esta prueba, se produce lo que se ha denominado el «Shock PISA». A pesar de que dicha prueba no cumple con criterios científicos de objetividad, validez y confiabilidad, lleva a que en algunos países se haya puesto el énfasis en mejorar el desempeño en la prueba, que se aplica cada tres años, sin que en el fondo se hayan mejorado los procesos para alcanzar más altos logros escolares de naturaleza cognitiva, afectiva, socioemocional y de destrezas. O sea, se cambian los fines formativos escolares para que concurran con los criterios de una prueba nada válida. El «Shock PISA» ha movido a que funcionarios en los gobiernos violenten dos principios universalmente aceptados: 1. Ninguna reforma de la educación debe basarse en una única medición, en especial si ella es muy estrecha en la concepción de la calidad de los procesos formativos, y 2. Ninguna reforma debe ignorar las muy importantes variables no educativas que afectan el progreso de los alumnos y el cabal desempeño de los maestros. (https://shorturl.at/wzRX8).