21 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Mitos y realidades del ambientalismo y el cambio climático

Jose Hilario Lopez

Por José Hilario López

La Tertulia Ética Civil Empresarial, dirigida por el sociólogo y periodista Hernán Saldarriaga, me concedió el honor de participar – junto con los distinguidos colegasIgnacio Arbeláez, Luis Javier Botero, Jaime Millán, Mario Saldarriaga y Cesar Velásquez – en el panel “Mitos y realidades del ambientalismo y el cambio climático”. Por limitaciones de espacio sólo me referí a los aspectos referentes a la transición energética, en los cuales se concentraron las exposiciones del suscrito y de Jaime Millán.

1) Los ambientalistas en sus predicciones sobre el Cambio Climático se concentran sólo en los efectos colaterales generados por la energía fósil (petróleo, gas natural y carbón) en especial en el calentamiento global por causa de las emisiones de CO2, omitiendo los innegables aportes a la prosperidad humana que ha significado la energía fósil, “operar en el marco del impacto, desconociendo el marco de la prosperidad humana”.

2) Debemos escuchar a los expertos en energía y a los científicos, obviamente sin desatender las advertencias de los ambientalistas. Esta recomendación vale, en especial, para el actual gobierno colombiano.

3) Falta todavía mucha investigación y desarrollo para que las energías renovables no convencionales, las energías eólica y solar, sean masivamente competitivas con la energía fósil. Mientras tanto el mundo seguirá consumiendo petróleo y carbón, sobre todo gas natural. Tenemos que seguir apoyando la transición energética, pero sin todavía imaginar la desaparición de los combustibles fósiles. Creemos en la ciencia y en sus inmensas posibilidades para seguir avanzando en la búsqueda del bienestar humano, pero cada uno de nosotros debe empezar a cambiar sus hábitos de consumo.

4) En un escenario medio de crecimiento económico para el año 2050 los países de la OCDE reducirían el consumo de petróleo en un 34,8%, mientras que los no OCDE, países hoy de bajo consumo de energía, lo incrementarían en un 74,3%. Por otro aspecto, la Agencia Internacional de Energía estima que entre 2021 y 2050 las inversiones totales, por parte de la industria petrolera, en exploración – producción – refinación – transporte, totalizarían 10,3 trillones de dólares, mientras que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organismo creado por la ONU para evaluar la ciencia relacionada con el Cambio Climático, las estima en 13,5 trillones. ¿Será que los próximos gobiernos colombianos persistirían con la política de mantener al país por fuera de las inversiones de la industria petrolera, o que el presidente Petro reconsidere su decisión de no permitir nuevos contratos exploración petrolera?

5) Sin los ingresos fiscales que genera la industria de los hidrocarburos, Colombia no está en capacidad de asumir los compromisos adquiridos para la descarbonización de la energía.  El mundo desarrollado tampoco va a compensar la totalidad de estas inversiones, con excepción de algún pago, como cambio de deuda externa, por la conservación del bosque amazónico.

A lo anterior es necesario agregar la gran esperanza que el mundo y en especial nuestro país tiene en la energía del hidrogeno.

En una columna del 2020 publicada en El Periódico El Mundo, titulada El Hidrógeno, la energía verde del futuro, incluí este párrafo que quisiera actualizar.

El Hidrógeno (H) es el energético clave en la transición definitiva al modelo de energía sostenible basado en energías renovables, requerido para lograr mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 20 grados centígrados sobre los niveles preindustriales (Acuerdo de Paris, 2015). El H se puede producir por varios métodos, pero para el caso colombiano el proceso más expedito sería mediante la utilización de las energías solar y eólica, abundantes en la región Caribe, para la generación eléctrica necesaria para producir H mediante el bien conocido proceso electrolítico, que libera el H de la molécula H2O del agua. Para este propósito vale la pena explorar la posibilidad de utilizar el agua de mar, aprovechando la experiencia desarrollada por la Universidad de Stanford, divulgada por una reciente publicación de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos titulada “Solar-driven, highly sustained splitting of seawater into hydrogen and oxygen fuels”.

Por otro aspecto, con la energía del H se podrían instalar plantas desalinizadoras en la Goajira*. Esta posibilidad mermaría la competencia por el recurso agua que demandan las comunidades nativas, el riego y la industria carbonífera.

Al respecto Jaime Millán, ex jefe de la sección de economía de la División de Energía del BID y actual miembro de la Junta Directiva de XM anota que: “Sin lugar a duda, el H jugará un papel importante en la transición energética mundial y que para Colombia es una gran oportunidad para industrializar las energías renovales de la Guajira, aunque la pregunta es el cuándoHasta hace poco se pensaba que para el año 2030 el H sería una fecha razonable para su entrada al mercado, pero puede ser un poco antes gracias a los apoyos del plan del presidente Biden. Para nosotros la decisión clave es escoger el momento en que nuestras ventajas comparativas y el desarrollo de la tecnología lo hagan económicamente viable.  Entrar muy pronto con tecnologías caras puede ser un mal negocio”.

Con respecto a las energías renovarles, el mismo Millán anota: “Todo depende del esfuerzo financiero necesario para desarrollar las tecnologías requeridas para su almacenamiento, por ser intermitentes (no se generan sino cuando hay sol y viento), razón por la cual deben ser complementadas con otras fuentes que ofrezcan firmeza y flexibilidad” (energía hidroeléctrica generada con embalses, energía térmica generada con combustibles fósiles o energía nuclear).

*Las plantas desalinizadoras se basan en la propiedad de la corriente eléctrica para atraer los iones salinos disueltos en el agua del mar. Al introducir la corriente eléctrica en la solución salina, los iones tienden a migrar hacia el electrodo de carga opuesta, dejando como resultado agua potable.