2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Los Juegos pirotécnicos y la Ley 2224 de 2022

Adriana M Cardona Lopez

Por Adriana Cardona López 

Hoy vemos como en el Congreso se niegan a legislar con visión de País desarrollado y la honestidad y altura es un artículo de lujo difícil de conseguir, hacen caso omiso a las normas internacionales en materia de derechos de los animales. y el derecho a un ambiente sano. 

Conseguir y regular el comportamiento del ser humano es tarea difícil, máxime cuando quienes legislan para crear las normas se les olvida que los animales tienen derechos a ser respetados, a no causarles dolor, a la libertad, la satisfacción de sus necesidades básicas y derecho a su preservación de su hábitat. 

El Congreso protege en el tiempo a los fabricantes que producen, importan, comercializan, distribuyen los juegos pirotécnicos de detonante explosivo. Se ufanan diciendo que unos de sus clientes son las Alcaldías; estas que aún se niegan hacer campañas de educación, prohibición con sanciones efectivas. Si el   Congreso no legisla para prohibir la fabricación e importación de los Juegos Pirotécnicos; toda la redacción de esta ley es un despropósito jurídico y que su nueva Ley 2224 de 2022; sigue favoreciendo a unos pocos y así contribuyen a que los que no tienen voz; como son la fauna silvestre y doméstica tengan que seguir atrapados en sus derechos. 

Y que la falta de voluntad política y carácter les allana el camino a los Empresarios que importan y fabrican para que sus permisos de importación y licencias se prolonguen en el tiempo. 

Tendremos que llamar un vaquero y una mariposa para que nos muestren que clase de poder tienen. 

El decreto 738 de 1999; nos ilustra, pero su claridad no alcanza para que las Alcaldías emitan decretos de prohibición y así lo han demostrado la mayoría de estos en el País; máxime que la exótica, conveniente y suspicaz Ley 2224 de 2022 hace que el Zoológico este de moda. 

Con su actuar el Estado le está mandando un mensaje errado en materia ambiental a quienes de una manera artesanal se aferran a su labor; fabricando de una forma clandestina tacos, voladores que contienen pólvora blanca. 

Hablan de salud pública, pero su estudio no les alcanza para modificar la ley 670 de 2001 y haberla reglamentado en su momento oportuno y adoptar una decisión efectiva y pronta   de prohibir la importación, el uso, fabricación, transporte, almacenamiento, comercio y empleo de esta clase de sustancias o productos altamente peligrosos que contaminan y producen efectos dañinos y que la famosa categoría (3) es el platillo fuerte. No quieren armonizar las leyes. 

En un acto de habilidad y maniobra jurídica, los congresistas aprueban la nueva Ley 2224 de 2022 y nos entretienen como en los mejores Circos y afirman: palabras textuales del legislador “que esta deberá ser reglamentada en un término de seis (6) meses contados a partir de la expedición de esta ley …”. Y que con esa misma estrategia han sostenido a los grandes fabricantes e importadores desde tiempo atrás y que la certeza esta firme; no la han reglamentado y que una aproximación a la verdad es que no la reglamentarán; palabras que se quedan en el papel de un indigno Congreso plagado de hampones, genocidas, terroristas, secuestradores, violadores; hecho notorio que no necesita prueba alguna.  Hoy vemos estudios serios sobre la materia que nos demuestran que los Juegos pirotécnicos al ser detonados afectan la vida, la integridad física y la salud. Ahora nos preguntamos. ¿A quién le hace daño el Congreso con su actuar?