4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Los haitianos desbordan las Fronteras

Rafael Bravo

Por Rafael Bravo (foto) 

If you come to the United States illegally, you will be returned. Your journey will not succeed, and you will be endangering your life and your family’s lives.’’ 

‘’Si usted llega a los Estados Unidos ilegalmente, será devuelto. Su travesía no tendrá éxito y usted estará poniendo en peligro su vida y la de su familia’’.  

Alejandro Mayorkas. 

No debe sorprender que la crisis migratoria se concentre en una pequeña población fronteriza de nombre Del Rio en el estado de Texas. El Río Grande es la vía expedita para llegar a los Estados Unidos para miles de migrantes que hacen una travesía como para una película de terror. El caso más patético lo protagonizan los haitianos cuyo país es una vergüenza mundial por la forma de desgobierno y miseria que deben soportar sus habitantes. Los haitianos deben volar hasta Ecuador o Colombia en condiciones deplorables obligados a esperar semanas en otra frontera agreste para llegar a Panamá y de allí emprender su viaje al norte de Centro América. 

La migración indocumentada que la derecha peyorativamente llama ilegal es el arma preferida de los partidos políticos no solo en los Estados Unidos. Un juego de ping pong del que se viene hablando hace décadas y que es promesa de campaña cada 4 años para que haya una ventana a la legalización. El limbo jurídico de millones de indocumentados sigue en ascenso. Los migrantes hay que insistir son una mercancía de cambio para los intereses de demócratas y republicanos. 

Las dificultades en la frontera con México se han agudizado y encontrar una solución de momento es casi imposible. Y es entonces cuando los gobernantes acuden a remedios que empeoran la enfermedad. Asegurar un territorio tan extenso como reclaman unos y otros al tiempo que se cumplan las obligaciones humanitarias para los migrantes que huyen de dificultades económicas, inestabilidad política y violencia en sus países es la paradoja que hoy enfrenta el gobierno Biden. 

La evolución de la crisis con los más de 15 mil migrantes acampados debajo de un puente en Del Río en condiciones inhumanas, las imágenes de patrulleros a caballo persiguiendo a los indocumentados, las deportaciones masivas vía aérea a Haití y la renuncia del enviado especial norteamericano a ese país rechazando la forma como la administración ha manejado esta difícil coyuntura, muestra la improvisación e incoherencia de sus políticas. 

Las comunidades afro igualmente salieron a protestar argumentando discriminación racial a lo cual el presidente y su vice Harris en una salida más retórica que efectiva salieron a condenar las acciones de los agentes fronterizos. Unos chivos expiatorios para justificar la incapacidad de las autoridades en cabeza de Alejandro Mayorkas, director del Departamento de Seguridad Interna responsable de impartir e implementar acciones que verdaderamente ataquen las raíces de la inmigración indocumentada. 

El gobernador de Texas Greg Abbott, reconocido por su ideología extrema optó absurdamente por enviar una caravana de patrullas a la frontera buscando blindar la entrada de ‘’ilegales’’. Es como si al balón que tiene varios orificios se le parcha solo uno y al final termina desinflado. La frontera es tan porosa como el balón. De acuerdo con cifras del Departamento de Seguridad Interna, de febrero a agosto la migra ha cogido a personas cruzando irregularmente 1.24 millones de veces, de los cuales un 56 por ciento han sido devueltos a México. Son números sin precedentes en los que no sólo son haitianos quienes intentan pasar. Por Centro América ingresan inmigrantes de África, Asia y Sur América. 

Biden por su parte está tratando de detener el flujo migratorio usando la ley de salud conocida como Título 42 que permite a las autoridades negar la posibilidad de pedir asilo dadas las condiciones de la pandemia. Un engendro del gobierno Trump que es precisamente causa primigenia del desborde de migrantes. 

Son muy pocas las opciones que tiene el gobierno para lidiar con un asunto tan complejo. Entretanto, para enfrentar las críticas de la oposición, la Casa Blanca está enviando más agentes de inmigración y de la patrulla fronteriza buscando contener el desborde de personas y montando albergues donde se definirá la suerte de miles de inmigrantes. La capacidad de los jueces para atender semejante tarea está al límite, por lo que miles de familias terminan libres a la espera de una citación judicial.