Las cabezas huecas

Por Darío Ruiz Gómez 

La crítica del Gobierno de una Nación es siempre la crítica de sus gobernantes y finalmente del Grupo o Partido que gobierna. Se incluye naturalmente la crítica a los llamados Cabezas Pensantes, consejeros elegidos por su supuesta sabiduría teórica.

Para los griegos la definición de aristocracia se refería a una minoría de pensadores que daban claridad a la ciudadanía en situaciones difíciles. No pues como sucede en nuestros días cuando la aristocracia no se mide ya bajo el rasero de la excelencia del conocimiento sino mediante falsos valores que llevan a la usurpación del término: aristocracias del dinero oscuro, aristocracias de la corrupción, nuevos ricos de todos los pelambres, aristocracias sindicales, aristocracias de los totalitarismos. En el proceso de caída en el abismo de una sociedad el punto de quiebre se da naturalmente desde la educación ya que desde la formación del estudiantado se hace más propicio desmontar los valores aportado por la Civilización y el Humanismo, imponiendo un pensamiento único, sustituyendo el pensamiento y la responsabilidad intelectual por la disculpa colectiva tal como lo he venido analizando. Gabriel Albiac el gran pensador español analiza en España esta degradación de la educación impuesta por el populismo y que hoy arroja resultados con una vida social y política dominada por la estupidez y la ignorancia determinados por el fracaso de la educación: “Porque el gran hallazgo político de los tiempos modernos es que se puede analfabetizar a una sociedad entera. Arrebatarle la elemental artesanía de saber leer un libro, robarle todo saber, infantilizarlo hasta alcanzar esa imbecilidad perfecta que sólo la nulidad de nuestro sistema de enseñanza es capaz de generar. La rentabilidad política de eso es infinita”.

Analfabetizar, nos aclara el Diccionario, es la causa principal de todo desequilibrio social, de sociedades frustradas.

Cualquier argumentación que cuestione esta política cuando quienes las propugnan han pasado a ser Gobierno es puesta enfrente de los nuevos jueces encargados de dar legalidad a la implementación de la ignorancia. Se reprimen las respuestas morales que fortifican la rebeldía permanente de un individuo frente al conformismo que supone dejar que una organización piense por nosotros mediante una política educativa basada en la banalidad y la laxitud mental. En estas condiciones impuestas hoy por nuestra delirante “izquierda”.

¿No suena ya a despropósito hablar de Estudios Superiores, de Ciencia, tecnologías?  Eximir de las pruebas pertinentes para el ingreso a las Universidades y Planteles de Educación Superior – bajo un paternalismo que los considera inferiores – a etnias, provincianos, mujeres pobres, es abocarlos a un fracaso profesional anunciado que inevitablemente los conducirá al resentimiento social tal como sucede en México, en Perú.

Altos funcionarios como Cabezas huecas que, frente a los retos de las tecnologías, del cambio climático, de las nuevas racionalidades para la explotación de minerales en el planteamiento jurídico urgente de un nuevo Pacto Social se quedaron en los clichés de prohibir las tecnologías “imperialistas”, de combatir la ciencia, de odiar el conocimiento y de atribuirle la culpa del atraso a los ricos, a los inteligentes. Porque no es casual el prematuro fracaso de este Gobierno con la presencia de funcionarios(as) de una alarmante ignorancia que están causando pérdidas enormes en las economías regionales y sobre todo causando traumas a comunidades indefensas.

Ya lo monstruoso se ha instalado cuando 22  cadetes han  sido asesinados en el peor atentado terrorista en Latinoamérica y un Juez ha dejado en libertad a estos criminales y ha exonerado a la Organización que se responsabilizó por esta monstruosidad y ahora paternalmente se permitirá que algunas madres de estos adolescentes(as) se sienten en la trampa que supone una Mesa de Conversaciones donde ilustres prelados de la Monstruosidad las convencerán de que a nombre de la Paz Total deben perdonar a los Monstruos.