Saltar al contenido
Haga Click
Por Jesús Vallejo MejÃa (foto)
Es posible que el celo anime la vehemencia de los comentarios de Fernando Londoño Hoyos sobre la marcha del actual gobierno. Pero, más allá de la forma, sobre la que caben distintas consideraciones, hay que admitir el fondo de verdad que en los mismos anida: hay en marcha un movimiento subversivo que pretende derrocar al presidente Duque.
La cabeza visible de ese movimiento es Gustavo Petro, quien desde que perdió las elecciones anunció que estimularÃa la resistencia popular contra el que lo derrotó en franca lid.
Petro no ha dejado de ser comunista ni ha superado su talante guerrillero. Es un personaje nefasto que no reconoce ni Dios ni Ley. La subversión es su estado de ánimo. Nadie como él ilustra sobre lo que podemos denominar la democracia tumultuaria, aquella que, en lugar de fundarse en la opinión bien informada y mejor concebida a través del esfuerzo racional de la ciudadanÃa, excita las bajas pasiones del populacho y promueve su Ãmpetu destructivo.
Es fácil advertir la expresión demonÃaca de su rostro cuando anima a la turbamulta. DemonÃaco es además el apoyo que le presta al colectivo LGTBI, en contra de la familia y de una sexualidad responsable. Lo suyo es la demolición de la moralidad, en aras de los postulados del marxismo cultural y especÃficamente de la revolución sexual que pretende instaurar el libertinaje. De ese modo, elimina los frenos morales que protegen el orden de las comunidades y garantizan el ejercicio sosegado de los derechos. (Lea la columna).
Relacionado
Más historias
Altavoz cerró con 140 citas de negocios
El nuevo rumbo del Encuentro de Occidente
Asà anunció el alcalde Fico su carta a la DEA y al FBI sobre el tarimazo de Petro