1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La que Pierde es Colombia 

Por Horacio Toro 

Gane quien gane este domingo o el próximo 19 de junio, si hay segunda vuelta, la verdad es que Colombia va a volver a perder y no es que sea pesimista, es que los hechos no dan para pensar algo distinto, veamos: 

Si es Rodolfo Hernández (foto) el que gana será un salto al vacío, rogándole a Dios que la ordinariez y el mal genio de este sujeto no nos meta en líos con algún país o que haga una estupidez tan grande que sea necesario que lo destituyan o lo declaren interdicto. Con el respeto que se merece Bucaramanga, una cosa es un presupuesto de un billón y otra muy distinta un presupuesto como el de Colombia que es de 352 billones o un concejo de 19 personas a las que puede cachetear y otra muy distinta un congreso con 280 fieras que perfectamente le pueden bloquear la agenda a una persona que llega solo, sin alianzas y hasta sin propuestas. 

Pero, si el que gana es Federico Gutiérrez la cosa empeorará. El señor Gutiérrez que pretende ocultar, sin éxito, que es “el que dice Uribe”, como en su momento lo fue Juan Manuel Santos o Iván Duque, será más de lo mismo que hemos visto con Duque y que no ha servido. Hará más ricos a los que más tienen, más pobres a los pobres, los bancos ganarán más, el gasto seguirá desbordado y en fin, será el segundo tiempo de Duque, ahora más despeinado más mal hablado. 

Fico, como le gusta que le digan, ya está endeudado políticamente. No tiene oficialmente un congreso amigo, además, cuenta con una izquierda fortalecida que se le va a atravesar en todo lo que pueda y le va a dificultar la gobernabilidad. Fico le debe a cada santo una vela: a los Char, a Barguil y a los conservadores, a Gaviria y a los liberales y sobre todo, al Centro Democrático, más concretamente a Alvaro Uribe quien le tiene talonario para cobrarle cada una de sus ayudas. 

Fico (foto) es inexperto, maleable y hasta ingenuo. Cree que Uribe lo está ayudando porque es la mejor opción. Pero no tiene ni idea de lo que le espera en el Congreso. No tiene bancada, posee una gran ignorancia en asuntos externos y es muy susceptible a negociar con bandidos cómo quedó demostrado cuando la Fiscalía lo expuso y tocó que su empleado amigo y estafeta de picardías Gustavo Villegas pagara los platos rotos por un episodio del que le faltó mucha tela por cortar al honestísimo e impoluto ex fiscal Néstor Humberto Martínez. 

Vale la pena recordar cómo fue que Fico ganó la alcaldía de Medellín de la mano de Juan Manuel Santos y de Jorge Londoño, su ex gerente de EPM, que se ganó ese puesto gracias a su excelente trabajo al frente de la firma encuestadora de Invamer Gallup para entender un poco su manera de ser. 

Fico es mentiroso de profesión y bellaco por afinidad y lo peor es que se cree carismático, joven, lindo, bien hablado y hasta educado.  Es por decir lo menos, todo un paquete chileno. 

Por el otro lado está el peor de todos y cuasi presidente, el señor Gustavo Petro (foto) quien aún no convence a nadie que no lo mueva el odio ni la venganza. Un personaje siniestro que aún cree en la lucha de clases, mientras viste zapatos y correa ferragamo de dos millones de pesos. 

Este sujeto sí sabe del Congreso, sí tiene bancada, sí sabe de presupuesto, sí tiene amigos que vienen desde Chávez y Maduro hasta los excelsos Barrera y Benedetti, y claro que sabe del manejo de los entes de control y no tardará, gracias a lo sembrado por Uribe, de poner Fiscal de bolsillo, procurador amigo y contralor obediente. 

Es claro que Petro va por un cambio en las estructuras políticas y económicas de Colombia. Democratizar es su palabrita de moda que no es más que un cínico eufemismo para significar expropiación de empresas, tierras y bienes. 

Ya anunció el doctor Petro que “los falsos positivos no quedarán impunes”. También ha asegurado que “le comprará “las tierras a Alvaro Uribe y a los otros dos o tres mil grandes terratenientes que tiene Colombia para volverlas productivas, eso sin olvidar que hace cuatro años por estas épocas aseguró que su primer acto como gobernante será convocar a una constituyente. 

Iván Duque no hizo la tarea y de lejos demostró que fue un pésimo presidente. Duque solo fue 

una caricatura presidencial especialista en hacer el ridículo, un mentiroso ególatra que cree que fundó el duquismo, pero que en realidad va a dejar el país con las peores cifras conocidas, en manos de la delincuencia y al parecer entregada al comunismo. Y su herencia será la de dejar en cuidados intensivos al uribismo y la calurosa y humanitaria acogida de dos millones de venezolanos que llegaron para hacer la vida de los colombianos aún más difícil en empleo y seguridad. 

Los colombianos ocupados en redes sociales, tick-tock, telenovelas y fútbol seguimos pensando que esto es un problema de derecha e izquierda o de clases sociales y seguimos dejando que nos gobierne la crema y nata de la mediocridad.  

Si fuéramos medianamente serios votaríamos en blanco para que tuvieran que llegar otros candidatos y de pronto ahí si surgiera uno que valiera la pena.  

Me encantaría equivocarme y tener que tragarme estas palabras, pero, los hechos y las señales me dicen que como en el caso de Juan Manuel Santos, Iván Duque, Daniel Quintero y hasta con Reinaldo Rueda la historia me ha dado la razón. 

Así que creo firmemente que con la elección del próximo presidente la que pierde es Colombia.