21 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La nueva policía del lenguaje 

Descripción: escritor

Por Darío Ruiz Gómez 

Una conclusión definitiva frente al problema de las democracias en peligro es la necesidad de reacciones enérgicas regidas por la razón para hacer frente a quienes aprovechándose de las libertades que aún tenemos tratan de destruir el derecho a elegir libremente a quien se considere va a asumir la responsabilidad de defender la democracia de sus enemigos.

Hoy cuando el triunfo de la Oposición a Petro y sus aliados es un hecho político irrefutable desde el cual la inmensa mayoría del pueblo colombiano ha escogido mantenerse en sus convicciones civilistas para afianzar las instituciones democráticas frente a sus enemigos declarados quienes, debiendo admitir su derrota, han saltado a la palestra a reclamar de inmediato un diálogo con quienes han tildado como “el peligro de la derecha fascista”, recurriendo monótonamente a ese palabrerío basado en consignas ya desacreditadas merced precisamente sus errores garrafales, ya que en lugar de defender el Estado de Derecho lo han estado permanentemente tratando de dinamitar estableciendo una feroz policía del lenguaje y recurriendo aún a esa palabrería desgastada y convertida en lugares comunes  de un supuesto lenguaje “revolucionario”, sin darse cuenta de que los grupos armados que implícitamente han estado defendiendo bajo la consigna de la ”Paz total” los ha convertido en cómplices de cada una de  sus masacres.

¿El Pacto Histórico reflexionando sobre el porvenir de la democracia? Se necesita de una predisposición a escuchar al Otro, a aprender de este ya que constituir en interlocutor a quien continúa operando desde la irracionalidad sería un engaño total sobre todo para una justicia para la cual los asesinos han sido convertidos en jueces de las víctimas.

La Paz ha sido un negocio para algunas Oenegés como la que Camilo González preside y quien sin atisbo alguno de vergüenza decidió que un criminal como Iván Mordisco presidiera la mesa de votaciones de la martirizada Popayán. Lo que nos alerta sobre algo que sería una mascarada política

¿Dónde está una Declaración de Principios políticos, una ética del Pacto Histórico redactado lógicamente por sus cuadros intelectuales, por sus bases populares acreditando lo que han llamado “un Cambio social” histórico?

A mí esos cuadros intelectuales me han perseguido desde hace muchos años y lo han hecho con injurias, embustes, pero nunca con argumentos políticos reales y a un año de gobierno esto es lo que continuamos esperando para que el debate pueda abrirse en universidades, sindicatos, juntas comunales, parroquias, veredas, medios de comunicación, con la voz del País real y no con abstracciones teóricas salidas de la cabeza de algún Lenin criollo.  

Guardo el documento donde aparecen Inti Asprilla y María José Pizarro colocados un paso adelante de la Primera Línea que se ha puesto su uniforme de guerra y resopla de odio contra el Smad, ambos llevan una pancarta cuyo lema comienzan a cantar casi con sorna. “Nos están matando”. Y Petro le dio legitimidad a estos desaforados violentos cuyas acciones no podré olvidar por su ofensa a la ciudadanía, a los trabajadores, a los niños.

Y esa Primera Línea hoy pasa por ser reconocida por el Presidente como la portavoz de este Partido Frankenstein lo cual nos lleva necesariamente a preguntarnos por el papel de los intelectuales, maestros, profesionales que militan en este Partido y a lo que significa su silencio ya que por primera vez lo que tienen enfrente es la sólida presencia de una ciudadanía que ya no se arredra más ante sus persecuciones y que no tiene temor alguno de que la califiquen de Derecha ni de “uribista”.

Aquí si cabe recordar que la política sin praxis y sin autocrítica termina inevitablemente por caer en manos de los violentos. O sea, del terrorismo.

PD. Nada va a impedir que el ELN siga delinquiendo ya que las sanciones morales que son las únicas que podrían impedirlo no se han dado ni nunca se darán para que continúe la farsa.