Por Adriana Cardona López
Dicen los que saben que para desenraizar la maleza necesitamos de una Mujer que intervenga en la Política y con su lenguaje propio conquistar este escenario, ya que existe mucha erosión.
Atraparemos un rayo y una estrella y como los indígenas hacer un ritual.
Hoy vemos cómo Colombia posee mujeres con talento que pueden darle un matiz auténtico y diferente a las políticas públicas y así gobernar. Ya no más cotorras. Como Catalina la grande que supo heredar de su padre grandes virtudes.
Soltemos la camándula y trasladémoslas al alto de una colina como estrategia para que no cedan y así tener ventajas tácticas y de terreno, generando un verdadero poder y representación. Le daremos cualidades humanas ejemplares como Angela Merkel para que entienda los fenómenos naturales y políticos a nivel mundial. Y todos los secretos del Estado.
Reviviremos a Margarte Thatcher para que les enseñe a reducir el gasto y les enseñe a sumar. Les mostraremos dónde se esconde la belleza del alma política, la sabiduría y la razón. Y les regalaremos el lomo de una zarigüeya, Nos conseguiremos unas gotas de revolución francesa. Y que al abrir su cartera un puñado de azúcar, jurisprudencia comparada y derecho económico esparza desde ese alto de la colina y así poder ejercer una oposición real y así ganar con naturalidad y certeza la confianza del pueblo. (Opinión).
Nota: El Reverbero de Juan Paz les desea a todos sus lectores y amigos, una feliz Navidad. Esta columna reaparecerá el sábado 26.
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