2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La Inteligencia Artificial, ¿una amenaza para la humanidad?

Por Claudia Posada 

Hace algunas décadas el jefe dictaba a su secretaria el contenido de una carta que debía ser enviada a 30 clientes de la empresa; el trabajo de ella podría tardarse dos o tres días (según qué tantas llamadas debían atender además de otras tareas) porque la digitada en la máquina de escribir debía repetirse una a una hasta tener las 30 para despachar. Luego llegó la máquina de escribir eléctrica que agilizó algo ese trabajo; un poco después llegó la electrónica que fue de gran alivio para ese tipo de tareas; así, en busca permanente por la creación de las máquinas llegó la computación y con ésta el computador. Más adelante, con los avances tecnológicos para responder a la necesidad de planificar tareas, disminuir tiempos, lo mismo que reducir esfuerzos físicos, apareció el robot.

A la par con los asombros para el común de los mortales, las investigaciones fueron más adelante pues se quería simular la inteligencia humana. Desde luego todos los avances no han sido de un día para otro. “Alan Turing era claramente un hombre adelantado a su tiempo. En 1950, este gran matemático ya estaba lidiando con la pregunta: «¿pueden las máquinas pensar?» Gracias a esta inquietud, Turing se convertiría en el precursor de lo que hoy se conoce como inteligencia artificial. Es imposible hablar del origen de la Inteligencia Artificial sin hablar de Alan Turing. Aunque el término inteligencia artificial ni siquiera existía en la época. John McCarthy presentaría el término en 1956, dos años después de la muerte prematura de Alan Turing. Sin embargo, sus ideas demostraron tener una profunda influencia sobre el nuevo campo de la IA”. (Tomado de Fundación Aquae).

Aunque apenas en los últimos años se está hablando de Inteligencia Artificial (IA) como un asunto de máquinas que piensan y van a remplazar a los humanos hasta el punto de desplazar centenares de trabajadores, pero que también es útil a los diagnósticos médicos y facilitarán la vida gracias a que tenderemos viviendas inteligentes, todavía ni siquiera somos conscientes de que estamos rodeados de ejemplos de lo que hace rato funciona gracias a la inteligencia artificial. 

Sensores, algoritmos, “cerebros” que graban costumbres, dispositivos, el simple correo electrónico, el GPS y “memorizadores” que nos avisan el libro nuevo del autor que nos gusta, o en donde venden los zapatos que buscamos la semana pasada… en fin, buscadores, comercio electrónico, películas nuevas en nuestra categoría preferida, asistente de voz, son apenas algunos ejemplos de IA.

Pero a tanta dicha le llegó un muy difícil momento. Más de mil expertos pidieron en carta de reciente circulación, frenar la inteligencia artificial por ser una «amenaza para la humanidad», en ella expresan un preocupante diagnostico sobre ciertos usos que están desbordando el limite de la prudencia. La falta de regulación, dijo uno de los firmantes, merece que se exija una pausa en su creación, mientras otro aseveró que “no se han tomado las precauciones necesarias antes de trasladar masivamente esta IA a la ciudadanía”. Lo cierto, dicen los expertos, están sucediendo más y más versiones a un ritmo preocupante, poniendo a disposición de todo el mundo cada nuevo modelo.

Gabriel Levy, comunicador Social – Periodista de la Universidad de Antioquia, con especialización en Multimedia, actualmente Asesor y Consultor en Transformación Digital y TIC, publicó un articulo suyo que clarifica muchos aspectos relacionados con la polémica carta, está titulado ¿Por qué la AI preocupa tanto a los expertos académicos? del que sacamos algunos apartesreconociendo que por lo importante del tema quisimos tocarlo a manera de columna informativa, pero lo publicado por Levy bien vale la pena consultarlo todo.

“Un grupo de expertos en inteligencia artificial y líderes de la industria tecnológica han hecho un llamado para detener por seis meses el entrenamiento de los sistemas de IA más poderosos. En una carta abierta, se advierte sobre los riesgos potenciales para la humanidad y se destaca que los laboratorios que trabajan con esta tecnología están en una carrera sin control para desarrollar y desplegar mentes digitales cada vez más poderosas que pueden ser difíciles de entender, predecir o controlar de manera confiable”.

Levy señala, además, que entre los firmantes del pronunciamiento está el empresario Elon Musk; el cofundador de Apple, Steve Wozniak; el director ejecutivo de la firma Stability AI, Emad Mostaque, así como por investigadores de la empresa DeepMind. “Los suscriptores de la carta abierta exhortan a las entidades empresariales involucradas en la construcción de inteligencia artificial a que efectúen una pausa inmediata en el adiestramiento de los sistemas más innovadores en la materia, como lo es el GPT-4, por un periodo no menor a seis meses”. Con respecto a las condiciones propuestas para la suspensión temporal, Gabriel Levy menciona que en caso de que su implementación no resulte factible de manera expedita, el documento sugiere que los gobiernos intervengan y decreten una suspensión. “La misiva fue emitida por el Future of Life Institute, una organización sin fines de lucro que cuenta con la asesoría externa de Elon Musk y destaca la preocupación por los profundos riesgos que la IA plantea a la sociedad y la humanidad”.

Son muy inquietantes los planteamientos expuestos en la carta, entre ellos llama la atención que estos lideres de la industria tecnológica pregunten con preocupación “si deberíamos desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más inteligentes, dejarnos obsoletos y reemplazarnos”. Por lo demás, es bien sabido que la automatización y la eliminación de empleos puede conducir al crecimiento de la desigualdad económica y social. (www.galevy.com)

Y nosotros nos preguntamos ¿Cómo es posible que quiera el hombre aplicar su propia inteligencia para crear un ser humano superior, sin que sea necesario que se unan ovulo y espermatozoide? No hemos superado las discriminaciones raciales; tampoco el hambre tan espantosa que padecen en algunos países de distintos continentes; el odio que nace de las ambiciones; las guerras por territorios con riquezas codiciadas; mientras con la tecnología se empeñan en generar necesidades descomunales que agudizan muchísimo más las brechas de la desigualdad.