3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La gasolina como detonante de la confianza y el ánimo de la Gente 

Rafael Bravo
https://rafaelibravo.blogspot.com/

Por Rafael Bravo 

‘’Ask Americans their outlook on the country — its future, its economy, its president — and their mood has risen and fallen in surveys this year in striking sync with the price of gas’’ 

‘’Pregúntnele a los norteamericanos su actitud sobre el país-su futuro, su economía, su presidente y su ánimo ha subido y bajado en las encuestas este año en una impactante sincronía con el precio de la gasolina’’ 

El poder que tienen los precios de la gasolina y el diésel sobre el sentimiento de la economía y el ánimo de la gente son definitivos a la hora de calificar a los gobernantes y su equipo. Si los precios suben la confianza en la dirección de la economía cae y viceversa. Lo que ha venido ocurriendo en aquellos países donde los subsidios a los combustibles no existen, las alzas han golpeado los bolsillos de los conductores y los efectos colaterales se trasladan al resto de la cadena productiva con el resultado de una mayor inflación. ‘’ Cuando los precios de la gasolina cambian, todo cambia’’. 

La gasolina es un bien uniforme medido en litros o galones y opciones según el octanaje: regular o súper (también llamada extra). Contrario a otros productos no es posible ocultar el aumento del precio, mientras que por ejemplo a una caja de cereal se le puede disminuir su contenido sin que el comprador lo perciba. Adicionalmente, a medida que un producto sube de precio, los consumidores optan por postergar o recortar nuevas compras, pero lo mismo no es posible con los combustibles fósiles. 

Los Estados Unidos son particularmente muy sensibles a los vaivenes de los precios por el tamaño de su parque automotor y la contribución de este en la actividad económica. Salvo aquellas ciudades donde existen sistemas de transporte masivo, ese país se moviliza utilizando enormes volúmenes de gasolina y diésel. El 2022 ha sido un año de volatilidad en los precios como resultado del aumento de la demanda luego de la parálisis vivida con la pandemia y la decisión del cartel de productores de recortar el suministro. 

El precio llegó a más de 5 dólares por galón en junio y ello hay que insistir, creó una sensación de pánico y desazón. La población comenzó a sentir que la economía no iba por buen camino (todavía esa sensación predomina) y la inflación se metió a las billeteras. El efecto Putin en Ucrania acabó por incendiar aún más el panorama energético y de los alimentos. Por fortuna, el petróleo reversó la tendencia alcista, pero en la imagen del público quedó la sensación de incertidumbre a pesar de los recortes del cartel de la OPEC. 

Entretanto, las petroleras Exxon Mobil y Chevron reportaron unas ganancias a todas luces ´´grotescas´´ a pesar del panorama gris que se cierne sobre la economía global. Exxon tuvo utilidades de 20 mil millones de dólares en el período julio-septiembre (léase bien un trimestre) un récord y su par Chevron ganó 11 mil 200 millones. Las europeas Shell y Total reportaron unas ganancias que se duplicaron en comparación con el trimestre anterior. Según la Agencia Internacional de la Energía, los ingresos netos de los productores de petróleo y gas natural van a ser el doble en 2022, equivalentes a 4 billones de dólares. 

Lo anterior a costa de los consumidores que ha sido aprovechado para que las gigantes del petróleo repartan mayores dividendos a sus accionistas y haya una recompra de acciones en lugar de trasladar parte de las ganancias a los surtidores con menores precios. Europa está proponiendo gravar las ganancias extraordinarias como medio para ayudar a los más pobres. Para el gobierno Biden, el precio promedio del galón de gasolina sería 40 centavos mas barato si las compañías hubieran mantenido el margen de los últimos 20 años. 

Es necesario volver a aclarar que los gobiernos tienen muy poco margen de maniobra para controlar el precio de un bien como la gasolina. En los países donde existen subsidios las alzas se compensan con cargo a las cuentas fiscales que en la actual coyuntura son una pesada carga por el alto endeudamiento originado en la pandemia. Otros países acuden a las reservas que como en el gobierno Biden liberan parcialmente la oferta para aliviar los precios. 

Los políticos de la derecha de los Estados Unidos adportas de las elecciones de noviembre intentan culpar al presidente por un precio elevado y su impacto sobre la inflación como una estrategia electoral y así recuperar el congreso. No sobra destacar la cifra de crecimiento de la economía norteamericana luego de 2 trimestres negativos que indicarían una recesión y unos niveles de empleo estables a pesar de los pronósticos negativos. El electorado tiene poca memoria de los logros y se deja llevar por lo que ocurra con la gasolina en su vaivén de precios.